La víctima fue identificada como Allan Guardado Pineda, residente de la aldea Utila, de Arizona, Atlántida, Caribe de Honduras.
Los homicidas tras dejarlo muerto huyeron de la escena; la víctima quedó en un charco de sangre en una calle de tierra.
Pineda llevaba puesto un short color negro y rojo y una camiseta; su cadáver quedó boca abajo.
Las autoridades policiales llegaron a la escena del crimen a realizar la investigación y hasta el momento no han brindado información del móvil de este crimen.
La familia de Allan logró identificarlo por los tatuajes que tenía en el pecho.
La muerte del joven ha provocado consternación entre sus familiares y conocidos, quienes han dejado algunos mensajes de pesar en redes sociales.
"Dios, qué triste noticia, un joven; desde niño lo conozco de muy buena familia, Dios les dé mucha fortaleza. Qué pesar que tan joven, mi niño, como le decía"; "¡Qué triste! Dios le dé fuerza a su familia, en especial a su madre Irma. No hay palabras de consuelo en estos momentos", son algunos de los mensajes.
Según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, un promedio de 9 a 12 hondureños mueren diariamente a causa de la violencia.
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