Una importante fuente de ingresos del Super Bowl LVIII está en los anuncios televisivos, pues según información de Alto Nivel, la CBS cobró en promedio 6.5 millones de dólares por cada anuncio de 30 segundos.
Además, el evento se convirtió en el centro de las apuestas, con un récord de 23,100 millones de dólares apostados, superando las cifras del año anterior, cuando se registró un aproximado de 16,100 millones.
Además, el precio de las entradas alcanzó cifras récord, con boletos vendidos por casi 7,000 dólares cada uno, que se aproximan a unos 455 millones de dólares por los 65,000 aficionados que estuvieron presentes en el Allegiant Stadium, de Las Vegas, Nevada.
Asimismo, con una audiencia masiva de 123.4 millones de espectadores, según información de La República, el Super Bowl LVIII superó el récord anterior establecido en 2023 -cuando se registraron 115 millones de telespectadores- por 7%, marcando un nuevo éxito en la televisión estadounidense.
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Por lo anterior, nivel económico, el Super Bowl LVIII generó una derrama económica significativa, no solo para Las Vegas, que debutó como ciudad anfitriona, sino también a nivel mundial.
Sin embargo, mientras que el evento beneficia a múltiples partes interesadas, desde las cadenas de televisión hasta los anunciantes, se estima que la NFL es el mayor beneficiario económico del Super Bowl, consolidando aún más su posición como un gigante en el mundo del deporte y el entretenimiento.
El ansiado título
El partido culminó con la victoria de los Kansas City Chiefs sobre los San Francisco 49ers por 25-22 en tiempo extra, consagrando a los Chiefs con su segundo título consecutivo de Super Bowl.
Más allá del juego, el evento se convirtió en una plataforma para la publicidad televisiva y la difusión en múltiples plataformas, incluyendo el servicio de streaming con algunas televisoras, ampliando aún más su alcance.
El interés adicional en este Super Bowl también se vio impulsado por la presencia de celebridades como Taylor Swift, lo que según el director ejecutivo global de Paramount, Bob Bakish, contribuyó significativamente a ampliar la audiencia del evento.
Con cada año, el Super Bowl se supera a sí mismo, no solo en términos deportivos, sino también como un fenómeno cultural y económico, con lo que se sostiene como el evento televisivo más importante en los Estados Unidos.
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