No menos de 40 personas infectadas por el covid pierden la vida diariamente en los principales hospitales de Honduras, entre ellos, médicos, enfermeras y otros especialistas del sector salud que están en las primeras posiciones de ataque.

La diseminación del virus es muy alta y la incidencia mucho más agresiva, tal y como lo han reiterado los médicos que atienden la pandemia y los mismos funcionarios de la Secretaría de Salud.

Frente a este panorama, la peor noticia es que no hay que cobijar falsas esperanzas, porque las vacunas gestionadas a través de Covax no vendrán en el corto plazo; si acaso, en agosto de este año.

Honduras únicamente cuenta con la donación de un lote de vacunas de parte de Israel que ya están en ruta hacia el país y que se supone serán aplicadas a 2,500 miembros de primera línea de la planta de salud.

Las fórmulas gestionadas a través del Seguro Social con la garantía de la empresa privada serán entregadas en mayo y los voceros de la Administración Central han declarado que están avanzadas las pláticas con varias farmacéuticas para la compra masiva de vacunas.

Sectores gremiales y expertos que han observado el camino torcido por el que ha sido conducida la pandemia, han exigido que exista total transparencia en el suministro de las dosis

Está en su punto álgido la polémica sobre las reformas a la Ley de la Vacuna Gratuita cuando ni siquiera han sido llevados a su término los contratos de compra.

Médicos que ocupan cargos de dirección gremial han vaticinado que lo que va a suceder es que los compuestos serán adquiridos a un precio más alto.

Igualmente, se ha advertido que la veeduría solamente le corresponderá al Tribunal Superior de Cuentas, una institución muy cuestionada por su indiferencia en la deducción de responsabilidades frente a los actos de corrupción en la compra de emergencia de equipo e insumos en 2020.

Diputados de la oposición están en esa misma línea. Afirman que detrás de todo el proceso de compra y certificación de las vacunas contra el covid están listos los personajes de siempre para obtener buenas ganancias con la importación y venta de los inoculantes.

En una carrera para desmentir estas denuncias y para justificar por qué Honduras no tiene segura la llegada de las vacunas, los voceros del Gobierno han señalado que el tema de transparencia está garantizado, porque no está permitida la injerencia de intermediarios.

La población, bajo el ataque del virus, se encuentra ante el riesgo de que se repita el capítulo despreciable de la estafa cometida con la compra de los hospitales móviles si desde ahora no son determinadas las normas inquebrantables de la transparencia y de la veeduría.

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