A la expectativa están diversos sectores del país, entre quienes sobresalen médicos, empresarios, industriales y órganos de la sociedad civil, acerca del uso honrado y limpio de los recursos previstos para la adquisición de la vacuna contra el covid.

La preocupación está fundamentada. Los antecedentes más inmediatos no dejan lugar a dudas: Las compras realizadas con motivo de la pandemia no han sido transparentes.

En la anterior administración de Inversiones Estratégicas (Invest-H), fueron desembolsados 1,200 millones de lempiras y hubo una sobrevaloración de al menos 35 millones de dólares. Pasaron varios meses y esas estructuras aún no están en su completo funcionamiento.

Tampoco se puede pasar inadvertido el vergonzoso episodio de las percoladoras y de los ventiladores adquiridos por la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), al inicio de la emergencia.

Además se puede hacer referencia a las irregularidades que rodearon la compra de respiradores mecánicos, así como la adquisición de medicamentos, mascarillas y otros insumos, que forman parte de casi una veintena de líneas de investigación abiertas por la Fiscalía.

El Consejo Nacional Anticorrupción ha denunciado que durante la presente pandemia han sido aprobados más de 90,000 millones de lempiras cuyo destino está en el misterio, porque no se ha presentado informe alguno de su utilización.

Ahora que se avecina el proceso de compra, traslado, abastecimiento y aplicación del medicamento para la masiva inmunización de la población, los procesos tienen que ser dirigidos con criterios de auditoría social y fiscalización de parte de los entes obligados.

Lea: Honduras entre los países del área con la caída económica más estrepitosa de 2020

Los industriales de la región norte del país han señalado que la única manera en que se puede recuperar la confianza del pueblo hondureño, es a través de un manejo transparente y honrado del Presupuesto, particularmente de los fondos que están destinados a la obtención de la vacuna contra el patógeno que produce covid.  

Es absolutamente necesario que se dé a conocer toda la información relacionada con la adquisición y distribución de las dosis para proveer inmunidad a la población contra el nuevo virus. Las dudas existen y tienen fundamento, porque Honduras lleva más de cien años viviendo en la corrupción, a juicio de dirigentes empresariales.

Los representantes de organismos que promueven la rendición de cuentas sostienen que para garantizar transparencia en todo lo que tiene que ver con la vacuna contra el covid son indispensables tres condiciones: Aplicar mecanismos de prevención, promover una estricta vigilancia y ejercer la práctica de auditorías.

Los grupos que están relacionados con el combate a la corrupción son del parecer que en Honduras será necesario "estar encima" de todo el proceso desde la contratación hasta la inoculación de la población.

Serán claves la vigilancia y la auditoría de todas las acciones tendientes a garantizar que se rindan cuentas sobre la compra, distribución y suministro de la vacuna contra el covid para evitar que se imponga el protagonismo de sectores interesados en hacer negocio mediante la sobrevaloración del medicamento y que la distribución se vuelva discriminatorio.

Te podría interesar: Tercera persona del sistema sanitario de Estados Unidos sufre una reacción alérgica a la vacuna de Pfizer

Los órganos internacionales han enfatizado en que en la medida en que avanzan los ensayos clínicos para encontrar las vacunas contra el covid, los países ricos están creando una brecha extraordinaria para su acceso en todo el mundo, pues están reclamando más de la mitad de las dosis que podrían salir al mercado para fines del próximo año.

La buena noticia es que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dijo que ha cerrado acuerdos con dos fabricantes de vacunas contra covid-19 y negocia otros dos para que más de una treintena de países de escasos recursos en América, entre ellos Honduras, empiecen a inmunizar a la población en los próximos meses.