En su homilía, Nácher pidió a la Virgen de Suyapa por todas las mujeres hondureñas que "con amor han dicho sí a la vida como un día tú lo dijiste, un sí auténtico, proteger el ser que habitaba dentro de ellas, el hijo desde su concepción".

"Mira con misericordia Virgen de Suyapa a esas madres valientes que día a día sacan adelante a sus hijos, aún entre incomprensiones y abandono, mira con misericordia también madre Santa a esas madres que pareciera que no pueden más, que sepan que en ti y en nosotros siempre van a encontrar consuelo, respeto, comprensión y ayuda", subrayó.

Entre los asistentes a la misa conmemorativa figuraron la presidenta hondureña, Xiomara Castro; su hijo y secretario privado, Héctor Zelaya; funcionarios del Poder Ejecutivo, diputados del Parlamento, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, diplomáticos y miles de feligreses, entre otros.

Castro colocó una ofrenda floral a la Virgen de Suyapa y saludó a Nácher, quien le entregó un cuadro con la imagen de la patrona de Honduras.



Los actos fueron precedidos de una alborada que se celebró el viernes en la Basílica menor, que lució abarrotada de feligreses y artistas nacionales.



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Honduras necesita la mirada de su patrona

El arzobispo de Tegucigalpa solicitó a la 'Morenita', como le llaman cariñosamente sus fieles, que vea a "tantas madres que en nuestra Honduras aún sufren violencia e indiferencia" y que "nunca las deje solas".

"No olvides nunca esas madres que hace tiempo no pueden abrazar a sus hijos porque un día tuvieron que emigrar" del país centroamericano, agregó.

Dijo además que Honduras necesita la "mirada de su patrona, la Virgen de Suyapa, la madre clementísima de ojos misericordiosos".



Según apuntes históricos, la imagen de la Virgen de Suyapa fue hallada por dos campesinos, un adulto y un niño, cuando regresaban de sus actividades agrícolas hacia la aldea Suyapa, en el extremo oriental de la capital hondureña, en 1747.

La Virgen de Suyapa, que tiene conferido el grado de capitana de las Fuerzas Armadas de Honduras, es una estatuilla de seis centímetros de alto tallada en madera de cedro.

Durante muchos años la imagen permaneció en una ermita en la aldea de Suyapa, pero después se le trasladó a un santuario cuya construcción, a pocos metros del primer templo, comenzó hace más de 50 años y en 2015 fue elevado a la categoría de basílica menor por El Vaticano. 

El día de la patrona de Honduras se conmemora el 3 de febrero, pero los feligreses católicos, tanto hondureños como extranjeros, comienzan su peregrinaje a Tegucigalpa desde una semana antes, por la masiva afluencia de personas con ocasión de la fiesta religiosa.

Los alrededores del santuario de Suyapa son ocupados, además, por comerciantes que venden artesanías de barro y madera con imágenes de la patrona de Honduras, camisetas, gorras, llaveros, lo mismo que comidas, refrescos, agua y dulces.



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