En 2023 se perdieron entre 110 mil y 130 mil fuentes de trabajo, y desde el Consejo Hondureño de la Empresa Privada se ha revelado que al mes de septiembre, del año que recién dejamos atrás, solamente se crearon 77 nuevos empleos.

Hay razones entonces, insiste el sector empresarial, para declarar hasta luto nacional por la pérdida en el 2023 de unas 32 mil fuentes de trabajo solo en el rubro maquilador; un alarmante como preocupante indicador que expone en toda su dimensión, el grave problema en el que está sumido Honduras.

La falta de trabajo golpea a unos tres millones, 300 mil hondureños mientras cerca de tres millones de personas en edad de trabajar viven bajo el parámetro de inestabilidad laboral.

Más del 44 por ciento de la población económicamente activa no tiene un empleo y ocho de cada diez compatriotas apenas subsisten en el sector informal.

Un grave problema, económico como social, mientras cada año unos cien mil jóvenes se suman a la población económicamente activa sin que el mercado laboral tenga la capacidad de absorber esa mano de obra o esa fuerza que tiene que esperar hasta cuatro meses o nunca, para encontrar una oportunidad.

Las consecuencias del desempleo son tan devastadoras, capaces de generar, tal como lo ha llamado la iniciativa privada loca, un escenario de luto nacional.

De ahí el llamado insistente, vehemente, y hasta desesperado, a las autoridades de turno para que sin más dilatorias, comiencen a hablar de estrategias o políticas públicas que son urgentes en tanto los pronósticos para este nuevo año parecen ser más oscuros y tétricos.

Los economistas proyectan que el escenario económico hondureño en este 2024 será similar o igualmente incierto que el del año pasado. Si en 2023 se perdieron entre 110 mil y 130 mil plazas de trabajo, nada parece que este año vaya a cambiar, si no es que impávidamente, sólo vayamos a seguir en esta labor de nada más contar las personas despedidas.

Las consecuencias del desempleo, como lo volvemos a decir, son devastadoras como para seguir de brazos cruzados. Se trata de un detonador de problemas, que impactan fuertemente el tejido económico y social de la sociedad.

El desarrollo económico del país y el bienestar común descansa en el trabajo. Se trata de una necesidad ingente para la población, como la misma necesidad de seguridad y salud. Generar empleo masivo para revertir los grises pronósticos del 2024, tiene que ser la orden del día y el inaplazable llamado para buscar junto al sector privado, la hoja de ruta para crear más fuentes de trabajo.

Promover nuevos emprendimientos y lograr una mayor formalidad y estabilidad laboral, generar masivos puestos de trabajo y atraer mayor inversión, es lo que nos va a dar como país claridad para enfrentar los retos más difíciles.


De otra manera no vamos a salir avantes, si no se generan más puestos de trabajo que ayuden a reducir la pobreza y mejoren los ingresos de los hogares. Esta es la bandera a enarbolar.

LEA ESTO: Situación económica de 2024 continuará con graves problemas de empleo y migración