El sector salud está cada vez más envuelto en la anarquía. El Centro de Salud Alonso Suazo en esta capital y el Hospital de El Progreso, Yoro, tienen suspendidas las atenciones a los pacientes, debido a que grupos de dirigentes y activistas de Libre mantienen tomados dichos establecimientos.

Los pacientes que buscan atención en el sector público son las principales víctimas de las acciones de presión injustificadas e inconsecuente, en razón de que los colectivos de Libertad y Refundación han tomado por su propia cuenta el control de los hospitales y centros de salud.

A los políticos que han sembrado el caos en los centros de salud y en los hospitales desde el año anterior, no les ha importado que mujeres, niños y personas de la tercera edad no tengan acceso a la atención médica ni a las medicinas para tratar sus males.

Las autoridades gubernamentales han sido cuestionadas, porque se han llamado al silencio y permanecido paralizados ante las manifestaciones violentas de los Colectivos de Libre que, en la práctica, han intervenido el sector salud.

En la semana que concluye hoy, el Centro de Salud Alonso Suazo y el Hospital de El Progreso han sido el escenario de fuertes confrontaciones entre activistas y personal sanitario.

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Pero, desde que se inauguró el gobierno de la presidente Xiomara Castro, casi todos los establecimientos asistenciales han estado bajo la presión de activistas que se han dedicado a plantar el sectarismo ideológico.

Los funcionarios que tienen a su cargo la Secretaría de Salud han perdido autoridad, se les ha ido de las manos la gobernabilidad, en menoscabo de la población enferma de Honduras.

Los grupos interesados en la politización de la salud están en marcha. Los colectivos del partido en el Gobierno han tomado por asalto las diferentes instituciones hospitalarias, donde pretenden imponer funcionarios y directivos.

Esto sienta un precedente negativo, ya que significa que el ministro José Manuel Matheu y sus colaboradores no ejercen su autoridad ni hacen cumplir las directrices definidas para transformar el sector sanitario, aunque algunos opositores políticos afirman que las acciones de los colectivos son planificadas y dirigidas desde la coordinación de Libre.

Por ahora, la red de hospitales y centros de salud está sumida en la anarquía. Las víctimas son los hondureños más necesitados a quienes se les niega el derecho a servicios sanitarios dignos.

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