La deuda pública de Honduras se encuentra en unos 16,500 millones de dólares aunque -según las cifras oficiales- estos compromisos adquiridos por el país suman 13 mil millones de dólares.

Esto se traduce en que cada hondureño, sobre la base de una población de nueve millones y medio de personas, tendría una cuota de alrededor de 2,000 dólares en la composición de la deuda pública.

Analistas del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), aseguran que el panorama es desalentador, a la vez que han avizorado que el próximo Gobierno tendrá que adoptar un nuevo ajuste fiscal y llegar a otro acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Economistas consultados por HRN han hecho énfasis en la carga que representa la deuda pública para Honduras, en circunstancias extraordinarias cuando el país sufre el embate de la crisis sanitaria.

Se estima que Honduras destina, en promedio, 42 mil millones de lempiras para cubrir el servicio de la deuda pública, casi la mitad de las recaudaciones tributarias.

El endeudamiento constituye, hoy día, más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y esto hace que sean cada vez más reducidos los recursos disponibles para atender otras prioridades del país en las asignaturas de salud y educación.

Organizaciones de la sociedad concluyen que el país se ha endeudado a un ritmo más acelerado en los últimos diez años y en condiciones menos favorables para las finanzas públicas y para las expectativas de desarrollo social.

Los reportes oficiales subrayan que el país ha tomado una política responsable de endeudamiento para cubrir los desbalances fiscales y llevar adelante proyectos de desarrollo, pero este sacrificio no se ha traducido en bienestar general de los sectores deprimidos del país, ni en mayor dinamismo del aparato productivo.

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