Llama la atención que ocho de los niños y adolescentes que han perdido la vida por el agravamiento de su condición de salud eran originarios de Comayagua, lo que quiere decir que ese departamento es uno delos principales brotes del vector transmisor del dengue.
La sala de atención de pacientes afectados por esta condición en el Hospital Escuela está colapsada, tres más se encuentran en observación y uno en condición crítica.
Ésta es una manifestación de la gravedad que ha tomado el comportamiento de la epidemia que hace más de dos décadas cobró la vida de un centenar de personas a nivel nacional.
En lo que va del año, más de 900 pacientes han sido ingresados en el principal centro de asistencia público del país. De ellos, el 95 por ciento (855), son menores de edad.
Proteger a los niños
Los especialistas han llamado a los padres de familia a tomar conciencia de la crítica situación sanitaria provocada por el dengue, ya que los pequeños son llevados al médico cuando su cuadro tiene cuatro y hasta cinco días de evolución; además, los han medicado por su cuenta.
Hasta finales de la semana pasada, se contabilizaban más de 25,000 casos en todos los 18 departamentos, con especial incidencia en Francisco Morazán, Comayagua, Yoro, Olancho y Cortés.
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En promedio, cada semana se produce el deceso de dos personas por la infección viral provocada por el zancudo Aedes Aegypti, con una característica singular: las principales víctimas son niños y adolescentes.
A nivel nacional, se acumulan más de una veintena de muertos, la gran mayoría menores de edad. Honduras es uno de los tres países más vulnerables y con menor capacidad de su aparato sanitario público.
La intervención ha sido tardía ante las modernas pestes que abaten a la población, resquebrajada en su salud, ayuna de una buena educación sanitaria y sin acceso a servicios asistenciales de alta calidad.
Queda tomar las medidas de prevención oportunas y permanecer a la expectativa frente a las plagas que amenazan a los hondureños, en especial a los niños.
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