En Honduras 60 de cada cien lempiras del Presupuesto se van en el pago de personal de la esfera estatal y en el servicio de la deuda. Es una proporción que no guarda lógica con los tiempos de “vacas flacas” que vive el país por la abrupta disminución en la actividad económica.

Los sueldos y salarios de los empleados estatales representan un monto superior a 69,000 millones de lempiras y la deuda pública les cuesta a los hondureños cerca de 50,000 millones de lempiras anuales.

Estos dos renglones constituyen, en su conjunto, el 60 por ciento del plan de ingresos y gastos del país, lo que pone en evidencia el hondo desequilibrio en el manejo de los fondos púbicos y la falta de equidad en la distribución de los mismos.

De acuerdo con los datos procesados por la Secretaría de Finanzas, los otros rubros hacia los que están dirigidas importantes sumas presupuestarias son: Los activos financieros que ascienden a 51,200 millones de lempiras; los servicios no personales que consumen 44,000 millones de lempiras; y las transferencias y donaciones que se elevan a 40,000 millones.

La economía hondureña no podrá salir de la recesión en que ha caído a causa de la pandemia covid-19, si no es por la vía de un ordenamiento fiscal que, a su vez, está referido a la contención del gasto estéril y al uso eficiente de los magros ingresos.

El Colegio de Economistas ha enfatizado en la reorientación de las asignaciones presupuestarias, de manera que éstas vayan a la atención de las prioridades de salud, educación y mejoramiento de las condiciones sociales de los grupos más postergados.

Los entendedores de las finanzas están de acuerdo con que la evaluación de la estructura salarial es trascendental para lograr un balance entre la captación de recursos, el ahorro de fondos y la eliminación de los gastos infructuosos.

Para el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICIEFI), el gobierno ya no puede seguir sosteniendo la abultada nómina salarial de los funcionarios y empleados públicos; tampoco está en capacidad para llevar a rastras una deuda pública tan elevada como la adquirida a este día.

Mensualmente son desembolsados un promedio de 3,500 millones de lempiras para atender los derechos salariales del sector público y más de 4,000 millones de lempiras para el pago de la deuda.

Si en la época de crisis el país sigue alimentando una pesada masa salarial representada por unos 240,000 servidores, y si continúa con el actual ritmo de mayor endeudamiento, el aparato económico va directo a su declive sin retorno, han advertido los entendidos en materia fiscal.

Vea: Editorial HRN: Burocracia, injusticia salarial y finanzas en bancarrota en Honduras

En el tiempo inmediato, Honduras llegará a tener una deuda equivalente al 60 por ciento de su Producto Interno Bruto, alrededor de diez puntos por encima de la relación actual que ronda el 50 por ciento.

La deuda del país subió a 12,500 millones de dólares hasta junio de 2020, pero esta cifra se estima hoy día en 15,000 millones de dólares si es tomado en consideración que el Congreso Nacional aprobó un endeudamiento adicional de 2,500 millones para responder a la pandemia.

La masa salarial y el endeudamiento público son dos lastres que tienen que ser intervenidos a partir de la aprobación y vigencia de un Presupuesto balanceado y congruente con los fines de reactivación económica y social del país.

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