La erogación total de la Administración Central en 2022 se estima en 154,337 millones de lempiras, de los cuales 124,166 millones corresponderán al gasto corriente y cerca de 23,000 lempiras irán para el pago de intereses de la deuda.

Por deuda pública, el año entrante Honduras pagará alrededor de 42,000 millones de lempiras y para sostener los sueldos y salarios se ha previsto una asignación de más de 60,000 millones.

Esto significa que el 55 por ciento del Presupuesto de la Administración Central para 2022 (casi seis de cada diez lempiras) será absorbido por la masa salarial y el servicio de deuda pública.

El plan de ingresos y gastos correspondiente al próximo período contempla una partida de 60,900 millones de lempiras destinados a  sueldos y salarios de los funcionarios y empleados del Gobierno Central.

Esa cifra es equivalente al nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y es correspondiente con el 52 por ciento de la recaudación tributaria que está proyectada en 115,800 millones.

Tal y como está planificado, 52 de cada cien lempiras que sean ingresados como pago de tributos serán utilizados para la remuneración de los burócratas.

Los directivos de la empresa privada han cuestionado que el instrumento fiscal de 2022 cifrado en más de 308,000 millones de lempiras es exagerado y difícil de financiar en condiciones excepcionales desprendidas de la pandemia.

Los miembros de la iniciativa privada son del criterio que el Presupuesto se ha elaborado con base en "supuestos" y en proyecciones que resultan demasiado optimistas, porque son inciertas las fuentes de financiamiento.

Economistas independientes han señalado que si el Producto Interno Bruto No crece a una tasa superior a 3.5 por ciento, Honduras enfrentará una mayor presión tributaria que ahora ronda el 17.5 por ciento, una de las más altas en la región.

El anteproyecto que ha sido enviado al Congreso Nacional, señala que para la formulación del Presupuesto de Ingresos y Egresos de 2022 de la Administración Central, No se consideran reformas al régimen tributario hondureño, sino que se da prioridad al mejoramiento de las recaudaciones fiscales mediante la ampliación de la base de los contribuyentes y una mayor presencia fiscal.

Analistas del balance financiero de Honduras afirman que el gran desafío del próximo gobierno será poner en marcha una reingeniería que permita establecer un balance entre mayores ingresos y menos gasto corriente.

Para ello, la política fiscal tendría que estar enfocada en la justicia y equidad tributaria, menor endeudamiento y una reducción de los gastos.

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