Las consecuencias del desempleo son devastadoras como los indicadores y cifras que Honduras registra. La falta de trabajo golpea a unos tres millones, 300 mil hondureños mientras cerca de tres millones de personas en edad de trabajar viven bajo el parámetro de inestabilidad laboral.

Más del  44 por ciento de la población económicamente activa no tiene un empleo y ocho de cada diez compatriotas apenas subsisten en el sector informal.

Un serio problema, tanto económico como social, que provoca un tsunami de consecuencias de diferentes pero monumentales magnitudes. 

Con semejante filón humano sin chamba y con pocas posibilidades de encontrar un trabajo, el desempleo se volvió una olla de presión para el país, en una peligrosa ebullición.

En tanto que cada año unos cien mil jóvenes se suman a esa población económicamente activa sin que el mercado laboral tenga la capacidad de absorber esa mano de obra o esa fuerza que tiene que esperar hasta cuatro meses o nunca, para encontrar una oportunidad. 

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Los expertos y analistas coinciden en que el escenario económico hondureño en el 2023 será similar o igualmente incierto que el del año pasado.

Si en 2022 se perdieron entre 88 mil y 90 mil plazas de trabajo, nada parece que este año vaya a cambiar, si no es que más bien se pierdan más fuentes de trabajo de las que se perdieron el período anterior. 

Eso implicará entonces, tanto perspectivas negativas respecto al crecimiento económico del país, como unos riesgos sumamente altos en cuanto a conflictividad social. 

El desempleo detona una bomba de problemas, que impactan fuertemente el tejido económico y social de la sociedad, y no solamente a los que menos tienen, los más necesitados de un trabajo para sobrevivir y aspirar a una buena calidad de vida.          

El crecimiento económico del país se cimenta sobre la base de las políticas de estado pero el componente del empleo es toral para que la población enfrente con mejores armas, la pobreza y hasta la indigencia.

El desarrollo económico de Honduras y el bienestar común de la gente descansa en el trabajo!. Para los hondureños sus problemas más acuciantes  pasan por tener un empleo.

Se trata de una necesidad ingente  para la población, como la misma necesidad de seguridad y salud. ¿Lo tienen claro los que actualmente nos gobiernan?.

Generar empleo masivo para revertir los grises pronósticos del 2023, oscurecidos por las crisis globales que en países como el nuestro derivan en las peores consecuencias.

                                                                                                                                                                El deteriorado mercado laboral impacta a miles y hasta millones de hondureños, que se agrava con una informalidad en la que subsisten ocho de cada diez personas.

Hacia eso debería estar enfocada la agenda del gobierno del Partido Libertad y Refundación.

Apostar y promover a nuevos emprendimientos y lograr una mayor formalidad y estabilidad laboral, generar masivos puestos de trabajo y atraer mayor inversión.

Priorizar el empleo masivo tiene que ser la hoja de ruta y definir una agenda clara y agresiva para revertir los indicadores y frenar la escalada de desempleo casi como un asunto de emergencia nacional.

Honduras no podrá crecer de otra forma, si no es generando puestos de trabajo que ayuden a reducir la pobreza y mejoren los ingresos de los hogares.

El empleo debe ser entonces, la prioridad o una de las prioridades sociales y económicas de la actual administración.

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