Agosto se había perfilado como el mes con el mayor número de contagios y de víctimas mortales por el nuevo virus. Así ha ocurrido. Los pronósticos fatales se han cumplido.

Cada media hora mueren al menos uno o dos pacientes, lo que se traduce en cincuenta infectados que pierden la vida a nivel nacional diariamente.

Esos datos estadísticos encierran una enorme tragedia que se vuelve más impactante, particularmente porque las distintas cepas que circulan en el país se han ensañado con los menores de edad y con las embarazadas (cada 24 horas fallece una mujer encinta).

Es sintomático que el 95 por ciento de los enfermos que han tenido que ser ingresados en los hospitales, sobrepasados en su capacidad,

corresponden al grupo de quienes No han recibido una sola dosis de los biológicos contra el SarsCov2.

Los especialistas nos habían alertado con la debida anticipación que las mutaciones del virus se iban a reflejar en la cifra de casos positivos y de fallecidos.

Esto es indicativo que Honduras libra una feroz batalla contra lo que se ha dado en llamar "la pandemia de los no vacunados".

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Es impostergable, entonces, que se realice una intervención pronta y debidamente programada para agilizar las campañas de suministro de biológicos, lo que implica acercar las vacunas a la población.

Tales iniciativas deben ir acompañadas de una vehemente campaña que permita a la población tomar consciencia que la inoculación es la única posibilidad de contener la pandemia y "la alternativa" de salvar la vida de nuestros semejantes, de nuestros familiares y la de nosotros mismos.  Es un acto de responsabilidad con nuestro prójimo.

No deben imponerse las teorías de conspiración; tampoco el fanatismo religioso ni las hipótesis de que la aplicación de los compuestos farmacéuticos son un "negocio" o una "trama" que No va a contribuir a detener la pandemia.

La pandemia se salió de control. La respuesta depende, entonces, del avance que se obtenga en la vacunación de la población y la clave está en que todos entremos en una reflexión válida y de peso: en tanto el número de No vacunados sea alto, las variantes de covid -cada vez más transmisibles y mortales- seguirán en reproducción y causando más contagios y fallecimientos.

Honduras concentra más de 330,000 casos de covid y acumula cerca de 9,000 muertos. Apenas el 11 por ciento de la población está vacunada con el esquema completo.

Estos indicadores nos muestran fehacientemente que hay mucho por hacer, particularmente en lo que respecta a concienciar a los que se resisten a recibir la fórmula de protección contra el covid para que No suframos las consecuencias de una pandemia que se puede recrudecer por los "no vacunados".

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