Atomizadas están las posiciones de los integrantes del Consejo Nacional Electoral y de los partidos políticos de cara a los comicios primarios programados para el 14 de marzo.

Las discrepancias se han profundizado conforme se acerca la cita en la que intervendrán tres fuerzas políticas que han presentado sus nóminas de precandidatos a cargos en los niveles presidencial, municipal y legislativo.

Están confusas las reglas que van a dominar el desarrollo de la justa primaria de los partidos Nacional, Libre y Liberal y, con ello, se pone en precario la democracia del país y se coloca al país en el umbral de una crisis política.

¿Hay toda una estratagema para colocar en la primera línea de riesgo nuestra relativa estabilidad institucional? ¿Con qué fuerza han resurgido las tesis de la constituyente, de un lado, y del continuismo, por otro? ¿Qué fundamento tienen las declaradas intenciones de continuismo?

Ninguno de tales extremos es válido si la aspiración de los hondureños es que se fortalezcan nuestros partidos políticos, se abone a la institucionalidad y se acentúe la legítima voluntad de las mayorías.

Vea: En medio de incertidumbre, casi cinco millones de hondureños están convocados a elecciones primarias el 14 de marzo

La crisis derivada del golpe de 2009 y la coyuntura sin precedentes que se ha generado en todos los órdenes de la vida nacional a partir de la emergencia epidemiológica que nos abate, no hizo reflexionar a los políticos respecto a su responsabilidad como clase en la reconstrucción de Honduras.

El objetivo tendría que seguir siendo la consolidación de nuestro orden legal y de nuestro estamento de legitimidad.  Por ello es que una de las primeras demandas que debemos mantener en pie es velar por la transparencia de las elecciones, las limpias reglas de la democracia y el alto compromiso con Honduras.

Somos nosotros, el pueblo, quienes estamos llamados a desempeñar un rol trascendental, a fin de empujar la renovación de la clase política y provocar una genuina transición desde una democracia electorera a una participativa e incluyente.

Estas líneas de acción son parte de la minuta por el fortalecimiento de la democracia, la profundización del orden constitucional y la renovación delos votos de los políticos con el pueblo hondureño.

¡Que así sea en esta etapa histórica en la que tiene que privilegiarse el civismo, y no las intenciones de los grupos que pretenden destruir nuestro país; las propuestas de desarrollo, y no los discursos populistas; la certidumbre, y no la anarquía; en suma: un pacto de nación.

Te podría interesar: Maestra hondureña convierte su casa en una 'escuelita' para atender a sus alumnos que no tienen acceso a internet