Hay una realidad que no puede ocultarse. Tal es el conjunto de irregularidades, inconsistencias, vacíos e invalidaciones que vuelven accidentado el proceso de identificación nacional. 

Estas singularidades afectan a los hondureños, cuya calidad de persona natural y condición de la que el documento de ciudadanía hace plena prueba, se ponen en entredicho al aproximarse la caducidad de la actual tarjeta.

El proceso de enrolamiento, emisión, distribución y entrega de la cédula de identidad ha sido afectado por muchas inconsistencias e inestabilidades que no han sido resueltas de manera solvente ni oportuna.

De conformidad con los informes que han presentado los mismos funcionarios del Registro Nacional de las Personas (RNP), todavía están pendientes de ser entregadas unas 800 mil tarjetas y no existe certeza que todas puedan ser puestas en manos de sus titulares antes de que lleguen a su fin los efectos de la que está vigente.

En lugar de acelerar el trámite de reclamo, de verificación de los datos biométricos y de entrega del plástico, todos estos pasos se han entorpecido.

Para no variar en la costumbre en nuestro país de convertir los procesos en una manipulación preconcebida, centenares de miles de hondureños presentan inconsistencias en el registro de sus datos.

Hasta marzo de 2021, 250 mil personas tenían algunas discrepancias en su identidad y, de éstas, habían sido corregidas 150 mil. Para junio de este mismo año, los registros incompatibles habían llegado a 200 mil y no se sabe en qué medida han sido enmendados.

Son abundantes, igualmente, los casos de hondureños que se han enrolado varias veces y, pese a tales intentos, no han podido obtener su documento. El plazo es fatal: El 15 de noviembre entrarán en situación de ilegalidad quienes no cuenten con su tarjeta; es decir, no podrán realizar ningún acto público ni privado.

El centro de discusión es que los comisionados del RNP no se han inmutado a dar respuesta a las anomalías que se cuentan en demasía en el censo de los ciudadanos hondureños.

¿Qué va a pasar después de la primera quincena del mes entrante?

Que nos respondan los señores que están a cargo del proyecto Identifícate, respecto del cual ya se nos había advertido que No tendría una gestión funcional por la inestabilidad del software puesto en operación por la empresa contratada y el desfase en la línea de tiempo delimitada para el objetivo de dotar a los hondureños de un nuevo documento de identidad. 

El programa de emisión de la nueva cédula de identidad tiene una importancia sustantiva, por cuanto es un asunto de seguridad nacional. ¡Que así sea, antes de que el registro de nuestra ciudadanía hondureña caiga en predicado o en una condición de inconsistencia!

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