La instalación de las Zonas Especiales de Empleo y Desarrollo (ZEDE), es una cruda expresión de manipulación político-demagógica y un testimonio de traición a los intereses soberanos de nuestro país.

Con la aprobación de esta desafortunada iniciativa, lo que se ha venido encima es una profunda conflictividad social que amenaza con empeorar.

Ha ido a mayores el enfrentamiento entre los segmentos que han dicho No a la creación de regímenes excluyentes y los grupos minoritarios que han presentado la venta del territorio nacional como la gran panacea para reducir la pobreza, el desempleo, la inequidad y la desigualdad.

Tenemos ahora mismo un ambiente hostil en Islas de la Bahía, a causa de la decisión de las autoridades locales de darle viento a la idea de convertir Roatán en una ZEDE para hacerle competencia a la iniciativa "Próspera" que impulsa un conglomerado de capital nacional y externo.

No es una situación ni simple, ni sosa ni singular. Puede ser el inicio de una mayor pugna alrededor de una ley que busca fragmentar el territorio nacional, establecer modelos socio-económicos excluyentes y una normativa jurídica diferenciada.

Es latente el peligro de que, en el resto del territorio nacional donde se ha previsto la implantación de zonas especiales, se repliquen acciones de "choque" por motivo de las ZEDE.

Vea: Se profundiza incertidumbre en Islas de la Bahía por instalación de una ZEDE

Inexplicablemente, los que concibieron este "parto de monte", se han hecho los desentendidos ante el clima explosivo que se ha generado por la implantación de regiones especiales al margen de la Constitución de la República.

Ni a los presidentes de los Poderes del Estado, ni a sus subalternos, parece importarles nada más que No sea "salirse con la suya" y obtener sus dividendos, merced al maléfico plan para vender la soberanía de la patria.

Las horas aciagas que vivimos en Honduras deberían de servir a los personajes que ostentan el poder de la nación para reflexionar sobre la mala dirección hacia la cual nos conducen. ¡Su insensatez es grande y su indiferencia al clamor de la población es enorme!

Las Zonas Especiales son un camino desviado que han tomado  -con premeditación- quienes están en el poder del país, al calor del discurso populista de atraer capital foráneo, crear fuentes de empleo y generar riqueza.

Al tono de ese "espejismo", el actual régimen ha planteado las Ciudades-Estado como la alternativa para crear territorios de "primer mundo" y de prosperidad en su grado superlativo, cuando en realidad las ZEDE son una conspiración contra la institucionalidad y la soberanía de Honduras.

No es ni apropiado, ni justo, ni honesto, que se propicie desde la cúpula del poder político y económico una convulsión que puede resultar irreversible para Honduras.

En los días de tribulación que pasamos, tenemos que apostarle a la armonía, a las alianzas, a la búsqueda del bien común y a la procura de la justicia, No a las acciones viscerales de los grupos que tratan de medrar en la corrupción, en la impunidad y en el aprovechamiento de nuestras miserias.

Y las ZEDE nos están acarreando más conflictos que oportunidades; más riesgos que soluciones, en el intento de salir del fango en que nos encontramos.

+Editorial HRN: Lo que hay detrás de las ZEDE