Es una pena que en la coyuntura por la que atravesamos los hondureños, los políticos nos tengan metidos en sus embrollos que en nada contribuyen a la reconstrucción y a la transformación del país.

Los líderes y dirigentes políticos del país están enfrascados hoy día en alegatos alrededor de las inconsistencias que presenta el proceso de enrolamiento para la nueva cédula de identidad y que también representa la base de la creación del nuevo censo electoral.

Sectores de la oposición les han enrostrado a sus rivales nacionalistas que el proceso de identificación es fallido y que, en el fondo, se trata de una estrategia de fraude.

Están en curso, asimismo, las pugnas entre los movimientos internos de los partidos políticos que irán a consulta en marzo de 2021 para la escogencia de sus candidatos a cargos de elección popular, de cara a las justas presidenciales, previstas para noviembre del año entrante.

Es muy reprochable que los políticos nos estén arrastrando a sus juegos sectarios y más condenable es su negativa a involucrarse en la discusión de planteamientos concienzudos y patrióticos para la reactivación económica, la restauración del tejido social y el fortalecimiento de nuestro sistema democrático.

Gran parte de la población hondureña está en desgracia por las consecuencias de la pandemia covid-19 y de la destrucción dejada por los eventos naturales.

La ruina es grande. Y no precisamente hacemos alusión a los efectos catastróficos de la plaga covid ni a los destrozos provocados por las tormentas Eta y Iota.

En Honduras sufrimos las crudas secuelas de una corrupción e impunidad galopantes, de la impartición segmentada e instrumentalizada de la justicia y de una discriminación social imperdonable.

Ocho de cada diez hondureños viven en la pobreza, la economía se encuentra en estado de coma, las empresas y los emprendimientos están en franco proceso de agonía y nuestro sistema productivo cayó en depresión.

¿Cuáles son las propuestas de quienes pretenden obtener el poder del pueblo en las consultas democráticas de 2021 y cuál es el compromiso de los políticos con Honduras?

Porque, en verdad, los hondureños hemos llegado al punto máximo de la tolerancia frente a los políticos a quienes les hemos expresado nuestra confianza en las urnas y de quienes hemos recibido resultados fallidos. Ya no queremos escuchar más mentiras o verdades artificiosas.

Los hondureños necesitamos escrutar a profundidad el perfil de nuestros líderes, evaluar sus programas y proposiciones y ahondar en su discurso.

Nos asiste el derecho de exigirles su concurso en la reconstrucción y transformación del país ynos compete demandar una rendición de cuentas de parte de aquellos personajes que han estado enclaustrados en el poder beneficiándose ellos mismos de las arcas públicas.

Es hora de que la conciencia popular tenga un avivamiento y es tiempo de desnudar a los gobernantes y a los líderes y dirigentes políticos, con miras a pedirles explicaciones del estado de postración en que se encuentra nuestro país.

Es momento de allanar el camino a un plan de desarrollo; a una visión de país; a la impartición de todo el castigo para los corruptos, en mérito de la transparencia, y a una depuración de nuestro sistema político.

Son las condiciones para llegar a un estado de equidad y bienestar general, que es la gran deuda con el pueblo hondureño, en época de enormes dificultades y de retos gigantescos como la actual.

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