Si hay una decisión impostergable y necesaria que no admite más excusas ésta es el retorno a las clases presenciales.

Los especialistas han advertido sobre la amenaza de ómicron, el linaje de más alta capacidad de transmisión de covid-19 y, en tal virtud, algunos sectores se han atrevido a señalar que la circulación de la cepa incidirá en el curso de la pandemia y, en consecuencia, podría condicionar el restablecimiento de las actividades académicas.

Estamos convencidos, como también lo están los más calificados expertos en ciencias de la educación, que nuestros niños y adolescentes deben volver a las aulas, interactuar otra vez con sus maestros y compañeros y recuperar los conocimientos que no fueron asimilados por la emergencia sanitaria.

No podemos dejar que las escuelas y los colegios sigan cerrados y que nuestros alumnos continúen como eslabón perdido del proceso de enseñanza aprendizaje. Es una desgracia que dos millones de menores estén excluidos del sistema de instrucción formal.

La puesta en práctica forzada del esquema de clases en línea provocó que al menos un millón de estudiantes se desvincularan de las actividades de aprendizaje, dado que en el país nada más cuatro de cada diez tienen acceso a las plataformas virtuales.

Elproceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros menores fue interrumpido abruptamente y su derecho a la educación, violentado. La pandemia ha ocasionado el retroceso de dos años en el nivel de escolaridad y de al menos un lustro en la calidad educativa.

Expertos de universidades públicas y privadas, en conjunto con entendidos en la materia educativa de organizaciones no gubernamentales han elaborado una estrategia encaminada a restablecer la vida escolar y poner a Honduras en camino a una reforma completa e incluyente.

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Estas acciones están referidas a la identificación de los alumnos que están excluidos para traerlos de nuevo a las aulas y crear las condiciones que permitan recuperar los contenidos, involucrar a los docentes a un proceso de formación continua y rehabilitar la infraestructura, además de una inversión de fondos no menor al diez por ciento del Producto Interno Bruto.

Son los mínimos requisitos para colocar la educación como una de las prioridades de nuestro país, pero que ha sido históricamente postergada por los gobiernos de turno.

¿Debe ser demorada la vuelta a clases presenciales de nuestros niños? Concordamos que No, porque estaríamos gestando una desgracia mayor si las escuelas y colegios siguen con sus puestas cerradas.

Indiscutiblemente tendremos que convivir con la pandemia de covid 19, cualesquiera que sean las variantes que nos afecten y las cepas que extiendan su presencia en nuestro territorio.

De lo que debemos tomar consciencia es de poner en práctica las medidas oportunas de bioseguridad recomendadas para contener la diseminación del nuevo virus. Al Gobierno le toca garantizar el acceso de todos nuestros alumnos y docentes al esquema completo de inmunización, en tanto se avanza en las líneas estratégicas de reactivación de la educación.

Las autoridades que asumirán el 27 de enero de 2022 tienen el enorme reto de convertir la educación en una matera preponderante del país y en la piedra angular de la sociedad del conocimiento que todos anhelamos construir.