En tiempos de crisis, la solidaridad sigue en la primera línea. el próximo fin de semana la obra más grande de amor y sensibilidad humana, la Teletón, pondrá de nuevo a prueba la enfermedad del individualismo y la indiferencia.

Honduras de nuevo será testigo de la mayor cruzada en favor del bien común; la obra de desprendimiento que por otro año más nos permite  celebrar el valor único de la solidaridad, ese sentimiento, que como lo decía Juan Pablo segundo, no es superficial, sino nuestra determinación, firme y perseverante, de empeñarse por el bienestar colectivo, el bien de todos y de cada uno, como dios nos encomendó amarnos los unos y los otros.

Y ese mandamiento es la Teletón.  A través de los años y en todos sus centros millones de hondureños con distintas patologías, discapacidades físicas, auditivas, trastornos y problemas conductuales,  en fin, han sido atendidas y superadas.

Desde 1987, cuando comenzó esta generosa obra promovida por hondureños solidarios y comprometidos con el bien común encabezados por don José Rafael Ferrari, miles de hondureños han encontrado en Teletón una respuesta a sus problemas de rehabilitación y tratamiento.

Desde aquella primera vez, cuando comenzó a arraigarse en el corazón de los hondureños aquella verdad irrefutable de que juntos todo es posible, los centros Teletón no volvieron a cerrar sus puertas jamás, y más bien se ampliaron a otras ciudades en donde con los recursos y la ayuda de todos, miles de habitantes se han visto también beneficiados.

En medio de la más trágica crisis sanitaria que le ha tocado enfrentar a la humanidad, pero también en los tiempos de la otra pandemia, la del egoísmo y el  individualismo,  teletón está presente, como la manifestación más viva y humana de amor y generosidad.  la gran cruzada de solidaridad que nos une, y no solamente para estar juntos, sino para hacer algo juntos.   Esa es la esencia que ha posibilitado  millones de  atenciones a lo largo de los años.

Teletón es también unidad,  es identificación de objetivos comunes, por eso es de todos y de cada uno de los hondureños, que de manera directa o indirecta, que más temprano que tarde, se benefician y se beneficiarán de ella.    

Y para mantener activos los centros habilitados y para seguir ampliando la atención, Teletón necesita otra vez que todos digamos presente. que todos recordemos con nuestros aportes que llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.

En medio de la peor crisis sanitaria, la meta es seguir luchando.  esa inagotable solidaridad que es una característica propia de los hondureños, podremos lograr que este permanente compromiso de servicio y atención, sea lo que nosotros  queramos que sea: un testimonio  permanente por el bien común.

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