El año pasado, Honduras cerró con 3,482 homicidios, por encima de El Salvador que acumuló 1,322 eventos sangrientos y arriba de Guatemala, donde se cometieron 3,578 asesinatos en 2020.
Treinta municipios son generadores de la violencia criminal en un alto porcentaje en Honduras.
Esto se traduce en que el diez por ciento de las ciudades del país son el escenario del 70 por ciento de las muertes violentas que, en las últimas semanas se han disparado.
Entre enero y mayo, Honduras registró 1,500 homicidios, un promedio de 10 eventos cada 24 horas. Llama la atención el crecimiento en la ejecución de masacres que, en los primeros cinco meses, han dejado 81 víctimas mortales.
Solamente en los primeros dos días de junio, la Policía contabiliza 20 homicidios. Se mantiene la media de una decena de asesinatos ejecutados diariamente.
En comparación con el año anterior, la incidencia criminal muestra un ascenso, porque entre enero y los primeros días de junio se habían cometido 1,349 homicidios, mientras que en el mismo período de 2021 ya suman 1,519 sucesos sangrientos.
Honduras es el país del Triángulo Norte, donde la violencia criminal ha escalado más. Los datos recopilados por organismos regionales, revelan que desde hace dos años la comisión de homicidios ha ido en ascenso, respecto a Guatemala y El Salvador.
El Sistema Estadístico Policial de Honduras reportó en 2019 3,996 homicidios, la Policía Nacional de El Salvador registró 2,398 hechos violentos y el Ministerio de Gobernación de Guatemala dio cuenta de 3,578 muertes sangrientas.
El año pasado, Honduras cerró con 3,482 homicidios, por encima de El Salvador que acumuló 1,322 eventos sangrientos y arriba de Guatemala, donde se cometieron 3,578 asesinatos en 2020.
En el período entre 2015 y 2020, Honduras sumó un número más elevado de homicidios: 25,372; luego aparece Guatemala, con 23,744 crímenes; y El Salvador, con una 22,934 muertes violentas.
Análisis de sitios especializados ponen en perspectiva que el problema de la inseguridad ha hecho una nueva explosión en el país, donde se mezclan las acciones cada vez más insidiosas de las pandillas, el quehacer de las redes del narcotráfico, los movimientos de los extorsionadores y otras causas que también hacen peso: La corrupción, la impunidad, la pobreza y la falta de oportunidades para vivir con dignidad en Honduras.
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