La violencia doméstica y de los feminicidios en Honduras toman un ribete mucho más dramático y condenable, porque la impunidad es el elemento predominante.

Un estudio del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional subraya que en el período entre 2005 y 2020, se ejecutaron más de 6,400 crímenes contra mujeres y de éstos, al menos 6 mil permanecen sin ser esclarecidos; están en la impunidad; los culpables se han burlado de las leyes.

Es la misma historia contada en el resto de países del área centroamericana: Guatemala, El Salvador, Nicaragua, e incluso en Costa Rica.

En Guatemala, en lo que va de este año se ha elevado la cantidad de expedientes de criminalidad, de manera que cada 24 horas mueren una o dos mujeres.

Solamente el año pasado el Ministerio Público del vecino país registró más de 60 mil denuncias de violencia contra la mujer y, de un total de 785 muertes violentas de mujeres, casi 400 casos fueron "feminicidios".

En El Salvador, considerado como uno de los países más peligrosos del mundo para las mujeres, las expresiones de violencia tienen un comportamiento alarmante con un promedio de un crimen cada día.

Durante el estado de confinamiento decretado por la pandemia -entre el 14 de marzo y 14 de junio- se contabilizaron más de una veintena de feminicidios, lo que significó un incremento de 70 por ciento en la violencia por razones de género.

El caso de Nicaragua tiene escritos los mismos renglones. Unas 71 mujeres fueron asesinadas durante 2020 por la violencia machista, la mayor cifra de los últimos tres años.

El número de víctimas de feminicidio en 2020 superó en ocho a las 63 de 2019, y a las 61 de 2018, según el informe divulgado por Católicas de Nicaragua por el Derecho a Decidir.

En Costa Rica, se estima que ocurren unos tres feminicios por mes, una proporción más baja en comparación con los otros países de la región, pero en ascenso de manera sostenida.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló recientemente que los países con mayores tasas de feminicidios por cada 100.000 mujeres son Honduras (6,2), El Salvador (3,3), República Dominicana (2,7) y Bolivia (2,1).

Además, la Cepal señaló que la situación de las mujeres se ha visto "agravada" durante el confinamiento por la pandemia de la covid-19, ya que el aislamiento "limitó el acceso a redes de apoyo y servicios de atención" destinados a evitar la violencia machista.

La impunidad es la condición que hace más condenable la violencia de género en todas sus modalidades y extremos en lo que corresponde a Honduras.

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