En la entrevista, Cris comenzó recordando el momento en que le detectaron la enfermedad.

"Fue algo que empezó en la garganta, era como un tumor del tamaño de una naranja que se extendía desde la garganta hasta el cerebro. Como no lo descubrieron a tiempo, hizo metástasis en el estómago, páncreas, riñones y pulmones. Tenía tumores en todo el sistema linfático, me dieron tres días de vida y estaba en etapa cuatro", compartió el joven.

Adicionalmente, relató que estuvo enfermo durante un mes, pero su condición no era evidente exteriormente.

"Mi mamá me decía que dejara de fingir porque no teníamos dinero para ir constantemente al hospital. Mis tumores estaban muy profundos y no se veían. Iba al médico y me decían que tenía sinusitis o gripe", agregó.

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Debido a su delicado estado de salud, Cris fue hospitalizado, y el diagnóstico fue desgarrador. "Un oncólogo le dijo a mi mamá que su hijo no tenía lo que le habían dicho, sino cáncer. Le quedaban tres días de vida porque no podía respirar, y su tumor crecía cada día", narró el joven.

Ante el pronóstico devastador, los médicos recomendaron quimioterapia, aunque aseguraron que no había posibilidad de vida. Sin embargo, un milagro ocurrió a través de la fe y la oración de su padre.

"Mi papá llegó al hospital diciendo que Dios había cambiado su vida y que el que cree en Jesucristo, aunque esté muerto, vivirá. Hizo una oración por mí, creyendo que Dios me sanaría sin importar el diagnóstico médico", expresó Cris emocionado.

El joven recordó con emoción que al día siguiente de la oración y la aplicación del tratamiento, sucedió un milagro.

"Todos los tumores que tenía habían desaparecido. Era algo humanamente imposible; la quimioterapia jamás eliminaría todos los tumores de una vez. No podía creer que al día siguiente no quedara ni un solo tumor", resaltó asombrado el joven.

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