En comparación con los años precedentes, la escasez de agua es más severa en el presente período de verano y las poblaciones más castigadas son las que están ubicadas en las regiones sur y central.

Desde los departamentos de la parte sur del país, donde las temperaturas extremadamente altas han sido un denominador común, se ha advertido que la reserva del vital líquido apenas es suficiente para la demanda de los próximos 45 días.

Los habitantes de los departamentos de Choluteca y Valle han expresado su desesperación, porque el vital líquido es entregado a cuentagotas y tampoco tienen muchas opciones para acceder al servicio: los pozos están secos y los niveles de las represas han sufrido una caída estrepitosa.

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En la zona central, el desabastecimiento de agua es marcado. En la capital, por ejemplo, los embalses Los Laureles y Concepción tienen una lectura que varía entre el 20 y el 50 por ciento de su capacidad. ¡Nada más alarmante en una ciudad donde la demanda del servicio crece desordenadamente!

Los estudios realizados por conocedores, indican que el Distrito Central tiene un déficit de cien millones de metros cúbicos y se estima que esta circunstancia puede ser medianamente compensada si es agilizada la construcción de las represas de Guacerique II y Río del Hombre, proyectos éstos que llevan muchas décadas reducidos a su exposición "en el papel".

De acuerdo con la perspectiva climática estacional elaborada por el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (CENAOS), Honduras estará bajo el fenómeno de La Niña hasta junio y luego entraría en un período de neutralidad.

Este régimen no se visualiza como el más satisfactorio para la recuperación de las represas y el registro de un régimen de lluvias que esté alineado con las expectativas del sector productivo.

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Frente a la crisis experimentada en esta época, los pobladores de las regiones postergadas se ven obligados a comprar al menos un tonel de agua al día, cuyo costo promedio es de 40ó 50 lempiras.

En contraste, los habitantes de los sectores de nivel medio pagan una tarifa mensual de 50 lempiras y, en el caso de los repartos de clase alta, esa cifra puede subir a un porcentaje nivelado de 250 lempiras.

Estudios de organismos externos subrayan que las necesidades de abastecimiento crecen a un ritmo sostenido y promedio de tres por ciento en las zonas sur y central, cuyos pobladores figuran entre los más afectados por la falta de agua.