​Hay un consenso en el sentido que el alto endeudamiento, sumado a ​la baja en el ingreso de impuestos obligará al siguiente gobierno a ​realizar un ajuste fiscal para atender las demandas elementales de ​pago de sueldos y salarios, así como las prioridades en salud y ​educación.

Con el pretexto de atender la pandemia, el gobierno se ha endeudado a límites de riesgo para las finanzas del país.

De conformidad con las cifras oficiales, la contratación de préstamos nacionales y externos no sobrepasa el 55 por ciento que fue autorizado por la Cámara Legislativa, con el fin de darle respuesta a la urgencia sanitaria.

Se recuerda que el Congreso Nacional autorizó al Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Finanzas, a adquirir nuevos empréstitos hasta por la suma de 2,500 millones de dólares.Con esta disposición, el país pasaría de un endeudamiento de 45 a uno correspondiente a 55 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

No obstante, los estudios de órganos independientes, como es el caso del Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH), estiman que los compromisos de Honduras son equivalentes al 65 por ciento del PIB, unos 16,500 millones de dólares.

Editorial HRN: Pobreza, miseria y pandemia en Honduras

La mayor parte de estos fondos han sido gestionados con el Banco Mundial, El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).También se han alcanzado acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.

En la más reciente evaluación del programa económico, la misión técnica de dicho organismo crediticio propuso un apoyo de 769 millones de dólares.Los economistas que observan desde un punto de vista crítico el manejo de las finanzas, aseguran que Honduras está en una situación muy embarazosa, porque son utilizados recursos del futuro para cumplir con obligaciones del presente, lo que se interpreta como incapacidad para mantener una disciplina fiscal.

Estos entendidos cuestionan que el dinero adquirido como deuda no sea destinado a incentivar proyectos de desarrollo, sino a cubrir gasto corriente y, lo peor, no son manejados con transparencia.

Honduras dirige no menos de 42 mil millones de lempiras para cumplir con el servicio de deuda que representa alrededor del 50 por ciento de la recaudación tributaria.

Hay un consenso en el sentido que el alto endeudamiento, sumado a la baja en el ingreso de impuestos obligará al siguiente Gobierno a realizar un ajuste fiscal para atender las demandas elementales de pago de sueldos y salarios, así como las prioridades en salud y educación.

En tres ámbitos piden reformar la Ley de Financiamiento y Fiscalización a Partidos Políticos, ¿Cuáles son?