Cuando son revisados los datos sobre la población que no sabe leer ni escribir, se pone de relieve que los más afectados son los sectores más pobres, los que viven en las zonas rurales y los adultos mayores.

Los índices más elevados corresponden a los territorios rurales, donde alcanza el 20 por ciento, pero llama la atención que el grupo se ha quedado más atrasado es el que corresponde a los mayores de 60 años.

Entre la población hasta los 35 años, el analfabetismo es de 10 por ciento, en promedio, y comienza a crecer en el grupo de quienes tienen 36 años hasta alcanzar 34 por ciento en los de 60 años y más.

Académicos consultados por La Voz de Honduras, propusieron encaminar significativos esfuerzos a la enseñanza de la lecto-escritura a los adultos mayores.

Los especialistas en ciencias de la educación han planteado, asimismo, el mejoramiento los servicios de educación, particularmente en las regiones rurales afectadas por más pobreza, menos ingresos y bajo grado de aprendizaje.

En las áreas más postergadas el analfabetismo es muy alto; por lo tanto, la población no tiene oportunidades para obtener ingresos dignos que al menos les permitan sobrevivir. 

En las comunidades donde el rezago es muy marcado, el ingreso per cápita es de 1,600 lempiras mensuales, mientras en los territorios urbanos es de alrededor de 4,600 mil reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadísticas.

Zonas rurales son las más impactadas por el analfabetismo en Honduras

Se destaca, en esa misma línea, que una persona ocupada que no tiene educación formal recibe cerca de 2,600 lempiras al mes. Gana 3,800 lempiras si posee nivel primario y una cantidad que ronda los 14,000 lempiras en el caso que haya completado la enseñanza superior.

Esta información sirve de base para realizar una comparación de la realidad que enfrentan los hondureños según su nivel educativo. En lo que compete a los hondureños analfabetas, aparecen como un grupo de al menos 800,000 personas sin alternativa de salir adelante.

El mismo sistema les ha marginado de los servicios de educación y del derecho humano de aprender a leer y a escribir, lo que lleva a una mayor desigualdad social.

La estrategia para disminuir y erradicar el analfabetismo debe ser integral; esto significa la atención a todos los grupos que están en la ignorancia, en razón de no saber leer ni escribir.

Las autoridades de Educación han proyectado que, al final de 2025, el índice de analfabetismo de Honduras va a descender hasta cinco por ciento.

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