Al cabo del presente año, la recaudación de tributos reportará una caída de hasta 45 por ciento, apuntan las previsiones de estudiosos de las finanzas.

Un análisis del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), concluye que Honduras observará un profundo desbalance en el ingreso de impuestos que para 2020 se había proyectado en unos 110 mil millones de lempiras.

A la luz de tales pronósticos fatales, Honduras reportaría una baja de entre 44 mil y 50 mil millones de lempiras en relación con la meta fijada de captación de tributos.

El Impuesto sobre la Renta ha sufrido el desplome más significativo entre todos los renglones de ingresos tributarios, a causa de la paralización de la economía por motivo de la pandemia.

Te podría interesar: 'Más partidos no es democracia' dice la Iglesia Católica; 'narcos' financian partidos grandes, afirman críticos de Ley Electoral

Para el período enero-junio de 2020 se había presupuestado una recaudación de 19,700 millones de lempiras en concepto de Impuesto sobre la Renta; sin embargo, las recaudaciones llegaron apenas a 12 mil 150 millones de lempiras.

En el caso de la percepción de dinero por ventas, consumo y producción, la caída ha sido de 22 por ciento. La meta que se había fijado es de 24 mil millones de lempiras, pero el pago sólo llegó a 18 mil 700 millones de lempiras.

Se esperaba que los ingresos no tributarios se reflejarían en 2 mil millones de lempiras; sin embargo, la recaudación sólo cubrió 1,700 millones hasta junio, detalla un informe de la Secretaría de Finanzas.

Lea: Enrique Yllescas cuestiona que partidos grandes reciben L 370 millones solo por participar en elecciones primarias

En general, los ingresos corrientes se habían proyectado en 58 mil 900 millones de lempiras, pero lo recaudado alcanzó la cifra de 42 mil millones, una diferencia de 16 mil 900 millones que representan el 28 por ciento.

Los entendidos en la asignatura señalan que no solamente se trata de una reasignación presupuestaria para hacerle frente al desplome de la entrada de tributos.

Hay que medir la profundidad de la crisis y tomar las acciones dentro de una política integral y agresiva que incluya respuestas coherentes como corresponde a una economía en recesión.