La brecha entre los ingresos y los gastos de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE),constituye el principal hoyo negro de las finanzas del país.
Es un desbalance que se profundiza con creces y que no tiene fondo. El estado financiero de la estatal señala que entre diciembre de 2019 y mayo de 2020 el déficit acumulado aumentó en 5 mil millones de lempiras. Saltó desde 52 mil millones a 57 mil millones de lempiras.
En el mismo período, el pasivo ascendía a 75 mil millones. Esta cuenta se vio incrementada en cuatro mil millones de lempiras, ya que a finales de 2019 era de 71 mil millones de lempiras.
Mensualmente el déficit acumulado y el pasivo de la Enee ha tenido un crecimiento de alrededor de mil millones de lempiras, lo que pone en evidencia el descalabro de la institución.
Su desbalance es el principal desencadenante del déficit fiscal de Honduras que está dado por un excesivo gasto en relación con los ingresos presupuestados.
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Ahora mismo, el tema alrededor de cual gira la controversia es la aprobación, por parte de un grupo de diputados del Congreso Nacional, de un pliego de contratos de generación de energía eléctrica.
De acuerdo con lo determinado por el Poder Legislativo, los contratos en cuestión deben tener una vigencia prolongada para evitar el riego de racionamientos en el suministro del servicio en los departamentos de Atlántida, Colón y Yoro.
Y la Empresa Nacional de Energía Eléctrica debe extender la vigencia del cargo variable por combustible y otros beneficios colaterales que están incluidos en los controversiales contratos.
Los congresistas que se encargaron de elaborar el dictamen del proyecto explicaron que los mismos beneficiarían los departamentos de Atlántida, Colón y Yoro y que lo único que hicieron fue aprobar un conjunto de contratos que ya habían sido negociados.
Los personeros de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), también parecen haber “lavado sus manos”. En un comunicado emitido al respecto sus miembros han manifestado que la modificación aprobada es irregular, está fuera de la ley y no fue puesta a su consideración; además, generan una distorsión innecesaria que afectará a los abonados y a la ENEE.
Diputados del ala opositora confiaron que ni siquiera tuvieron acceso a los documentos que fueron sometidos a debate, en lo que algunos sectores interpretan como una “idea preconcebida” para beneficiar a las empresas de energía eléctrica que desde hace varias décadas están desangrando las finanzas de la Enee.
¿Hay detrás de todo esto un “negocio y turbio y mucho más que terminará por pasar factura a los consumidores. Esa duda la han manifestado un grupo mayoritario de empresarios y los sindicalistas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica.
Estos críticos han demandado que se analice cómo es que los interventores de la empresa ni siquiera se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo en el Poder Legislativo.
Por todas las eras ha habido una sociedad entre un enjambre de políticos y una red de inversionistas y desarrolladores privados de proyectos de energía, ya se trate de potencia térmica o renovable.
Estos vínculos con trazos de corrupción son los que han prevalecido en el subsector eléctrico del país y es lo que ha llevado a la catástrofe a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, hoy día transformada en un esqueleto.
