La alarma epidemiológica llega a su máximo punto en Honduras, donde hay indicios de la presencia de la variante delta de covid-19, considerada la más contagiosa.

Los expertos han dado por hecho que la cepa de preocupación ya circula en el país, a la vez que han reiterado que los jóvenes y los no vacunados son los grupos de mayor vulnerabilidad.

Para confirmar o desvirtuar la incidencia de "delta" en la crisis sanitaria en el país, fueron enviadas más de medio centenar de muestras para ser analizadas en Costa Rica. Se supone que en dos semanas deberían ser conocidos los resultados del laboratorio.

De todas maneras, los entendidos aseguran que covid-19 será una pandemia de los "no vacunados" que exige, justamente, la adopción de medidas extremas y de una vacunación masiva.

Se trata de evitar que los hospitales sean rebasados y que la mortalidad y letalidad se vayan de control en el país, donde el manejo de la pandemia ha sido desafortunado.

En Honduras prevalecen las cepas alfa, beta, gamma y, se da por sentado que también está presente la delta. Y es que la variante que tuvo su origen en Reino Unido, es capaz de infectar hasta seis o siete veces más y de replicarse hasta producir una carga viral mil veces más alta que el patógeno original.

Su agresividad es de tal naturaleza que el 90% de los contagiados son personas menores de 40 años y la cantidad de víctimas mortales es mucho más elevada.

Un documento interno de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, asegura que la variante delta de covid-19 es tan contagiosa como la varicela.

Los funcionarios de salud deben reconocer que la guerra ha cambiado, especialmente para Honduras que nunca ha contado con una estrategia de abordaje de la emergencia epidemiológica.

A nivel nacional son cerca de 8,000 los pacientes que han muerto y el número de contagiados roza las 300,000 personas desde marzo de 2020 a la fecha.

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