Los dirigentes obreros de Honduras esperan obtener esta semana una respuesta favorable de parte de los empresarios a su propuesta de ajuste al salario mínimo entre seis y nueve por ciento.

Los representantes de la clase obrera en la mesa de negociaciones volverán a sentarse este viernes con la parte patronal y con la mediación del gobierno, una cita en la que podrían avanzar un buen tramo en la definición del nuevo salario base.

Las pláticas entre los actores se han establecido sobre la base de un aumento de cuatro por ciento que corresponde al índice inflacionario de 2020.

Las posiciones de trabajadores y empresarios no han variado, son contrastadas. Los obreros sostienen que la remuneración esencial que reciben no cubre las necesidades de alimentación, salud, educación y servicios públicos.

Tampoco están de acuerdo con que el sueldo de subsistencia que está vigente sea congelado; es decir, que sea aplicada la misma tabla en las diferentes categorías y actividades que va desde los 6,000 a los 12,000 lempiras mensuales.

Los delegados de la iniciativa privada tampoco han cedido en su tesis. Arguyen que la pandemia decretó la muerte para un promedio de cuatro de cada diez empresas y el proceso de cierre continúa de manera sostenida.

Honduras está entre los tres países de Centroamérica, donde el salario mínimo es más alto, según un estudio del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).

Ese documento señala que los costos colaterales -entre éstos la seguridad social- son de 71 por ciento en Honduras, donde el salario mínimo bordea los 400 dólares; y es de 72 por ciento en Costa Rica, con una remuneración base de 540 dólares.

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El pago de costos laborales como vacaciones, décimo tercero y décimo cuarto mes de salario, preaviso, cesantías, seguridad social, bonos y cuenta de capitalización es de 62 por ciento en Nicaragua, con un salario mínimo cercano a los 200 dólares.

Es de 60 por ciento en Guatemala, donde los empleados reciben un pago promedio de 345 dólares; y es de 55 por ciento en El Salvador, país éste donde el salario mínimo es de alrededor de 300 dólares.

En Guatemala, los obreros y los empresarios acordaron dejar vigente la misma tabla salarial en reconocimiento de las condiciones críticas por las que atraviesa ese vecino país a causa de la pandemia.

En El Salvador, los principales actores siguen en proceso de negociación y en la misma ruta se encuentran los trabajadores y los empresarios de Nicaragua, mientras que en Costa Rica se resolvió un alza salarial mínima que está en vigor desde enero de 2021.

En Honduras, los empresarios alegan que la prioridad es rescatar los puestos de trabajo perdidos por la emergencia y mantener con vida los que aún existen. En contraposición, los dirigentes sindicales esperan que tenga eco su propuesta de incremento entre el seis y el nueve por ciento.

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