Tres sujetos han sido detenidas este año, acusadas de tráfico de personas y de estar a la sombra de la emigración irregular En los últimos tres años unos 359 individuos fueron imputados por los mismos cargos: 23 en 2017; 56 en 2018; 120 en 2019 y 160 en 2020.

Estos datos revelan la participación del crimen organizado en las caravanas es indiscutible, según los informes de inteligencia de Honduras que revelan que los  organizadores del flujo de emigrantes indocumentados están vinculados con redes de trata de personas.

Audios en poder de HRN ponen en evidencia que han entrado en conflicto coyotes mexicanos y hondureños. En las grabaciones de voz a las que ha tenido acceso esta casa de radio, se mencionan a sujetos conocidos como "Lester" y "Cubas", considerados cabecillas de los grupos que alientan la salida de indocumentados.

La Policía de Honduras ha establecido que la salida en grupos numerosos de indocumentados hacia el norte es parte de los hilos que manejan tratantes de personas que tienen nexos con el crimen organizado.

El informe de las autoridades migratorias de Guatemala destaca que entre el 14 y el 17 de enero habían sido retornados a Honduras 815 adultos y 94 menores.

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También fueron remitidos a las dependencias migratorias del vecino país 376 personas mayores y 98 menores de edad.

Las autoridades guatemaltecas han advertido que fortalecerán las medidas de contención y sus pares de México han alertado que tiene programadas acciones inflexibles para detener a los indocumentados.

Activistas de los derechos humanos y funcionarios de los puntos fronterizos hondureños han hecho énfasis en que la emigración es una atribución o beneficio, pero no es válida en las condiciones en que es empujado el desplazamiento de los compatriotas que viven en precarias condiciones.

Líderes de la Iglesia Católica han exhortado al Gobierno a crear las circunstancias para una vida digna que haga que los hondureños se queden en el país y que no emigren.

Un sector de empresarios e industriales, de su lado, han hecho hincapié en que la raíz de todos los males de Honduras es la corrupción, que también constituye una de las causas de la emigración ilegal, además de la pobreza.

Los hondureños emigran, porque no encuentran las condiciones mínimas para vivir. No hay educación, salud, ni empleo, lo que se traduce en que el 70 por ciento está en la pobreza.

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La seguridad jurídica es muy frágil y fácilmente manoseada, no hay márgenes de inversión, ni de competitividad y, adicionalmente, la violencia criminal ha tomado fuerza.

Ésta es una realidad, pero en medio de la crisis humana que se ha profundizado por la pandemia del covid y por las tormentas tropicales, lo que hay que esclarecer es quiénes son los cabecillas de las organizaciones nacionales y extranjeras que están detrás de la salida orquestada de los hondureños desfavorecidos.

De acuerdo con el criterio de grupos de la oposición, no es cierto que fuerzas oscuras estén detrás de la emigración ilegal, a la vez que han asegurado que la incapacidad y corrupción del Gobierno son las verdaderas raíces de las caravanas.

Al margen de las adversas condiciones de vida que tienen atrapados a la mayoría de los hondureños, se impone la tarea de indagar lo relacionado con las redes que se benefician de la trata de personas y otros delitos, porque están llevando a un riesgo máximo a los emigrantes, entre ellos a grupos vulnerables como las mujeres y los niños.