La Secretaría de Educación tendrá un presupuesto de 31 mil 700 millones de lempiras para el período 2021, según lo previsto en el proyecto de ingresos y gastos que ha sido remitido al Poder Legislativo.

De esa suma 30 mil 200 millones de lempiras corresponden a fuentes de financiamiento internas y otros 1,500 millones de lempiras pertenecen a recursos externos.

En comparación con 2020, la mencionada cartera ministerial recibirá alrededor de 2 mil millones de lempiras más, ya que la asignación para el rubro pasará de 29,900 millones a 31 mil 700 millones, un crecimiento de seis por ciento.

Significa que el año entrante Honduras destinará el cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y el 19 por ciento del presupuesto de la Administración Central a la educación.

En los años 2019 y 2020, los recursos para dicho objetivo se mantuvieron en 29,900 millones de lempiras, en promedio. No hubo alza en el flujo de dinero orientado a la enseñanza-aprendizaje.

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En el mencionado bienio (2019-2020), el plan de ingresos para la Secretaría de Educación pasó de 4.85 por ciento a 4.49 por ciento del Producto Interno Bruto, a pesar de que se calcula que 900 mil niños y adolescentes han permanecido fuera del sistema enseñanza-aprendizaje.

Entre los años 2000 y 2002, el presupuesto para la referida área mantuvo una relación del cinco y del seis por ciento del PIB; entre 2003 y 2006, subió al siete por ciento, pero en los últimos períodos la suma de dinero trasladada a la enseñanza-aprendizaje se ha estancado en menos del cinco por ciento en relación con todo el conjunto de bienes producidos en el país.

Hay que agregar que ocho de cada diez lempiras del presupuesto para la educación se va en el pago de sueldos y salarios y apenas quedan dos lempiras para ser invertidos concretamente en los procesos de enseñar, aprender y sus tareas vinculantes.

Los analistas señalan que la pandemia ha generado una situación sin precedentes que obliga a una revisión detenida y a una reorientación equitativa de los fondos para el sector educación.

Esta materia no ha sido una prioridad, pese a que constituye la plataforma sobre la cual debe ser planificado el desarrollo integral de Honduras.

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La inversión en el renglón educativo ha disminuido progresivamente respecto al Producto Interno Bruto, en lugar de haber sido fortalecido en la medida en que se han agudizado los problemas de acceso, calidad, generación del conocimiento, formación docente e infraestructura.

Analistas del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), y del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), concuerdan en que la disminución en el presupuesto de áreas sensibles como la educación pesasobre el agravamiento de los problemas estructurales de la cobertura, pertinencia, rendimiento escolar y desempeño docente.

Especialistas tecnología de la información, estrategias de la enseñanza y, en general, actores del sistema, sostienen que se ha dejado en abandono a los estudiantes y a los profesores y se ha fracturado la relación entre la sociedad y la escuela; sin embargo, todavía no se ha formulado una visión educativa en respuesta a la nueva normalidad derivada de la pandemia.