De conformidad con datos de los empresarios e industriales, diariamente salen del país 1,200 compatriotas, en su mayoría obreros y técnicos calificados e incluso hondureños con estudios de nivel superior.
La agricultura, el transporte y la construcción son las actividades que reportan el más alto porcentaje de hondureños que se han fugado con la intención de alcanzar la “tierra prometida”.
Son graves las consecuencias del creciente flujo de emigrantes que se va de Honduras hacia Estados Unidos o con rumbo a España, los principales destinos de los connacionales que ya no ven atractiva esta patria para seguir haciendo su vida y cumplir sus expectativas.
Y es que quienes toman la determinación de “emprender viaje” están dentro de la edad de más productividad. Honduras, entonces, pierde progresivamente su activo laboral y se convierte en un país con una población fuera de la edad para trabajar con óptimo rendimiento.
Organismos ligados con el estudio del mercado laboral estiman que no menos de 16,000 trabajadores expertos en fontanería, electricidad, albañilería y otros oficios u ocupaciones se han ido del país en los años recientes.
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No sólo son los obreros formados en diversas áreas técnicas los que salen del territorio nacional, sino los profesionales universitarios que invirtieron muchos años en sus estudios, pero fracasaron en el propósito de encontrar un empleo con una remuneración correspondiente con su grado académico.
¿Cuáles son las proyecciones para un país sin su fuerza de trabajo? Esta misma semana fueron divulgados los resultados de un estudio de opinión de una firma externa que revela que los hondureños se encuentran entre los que más están dispuestos a abandonar su casa, ya que han perdido toda esperanza de ver realizados sus proyectos de vida.
El país enfrenta una crisis sin precedentes. La demanda laboral es grande y la oferta es muy limitada, han alertado dirigentes de las centrales obreras, en diálogo con HRN.
Profesionales de la economía y de las finanzas se han pronunciado por la revisión de un modelo económico que garantice un crecimiento robusto con beneficio social y que sea parte de un plan de nación y visión de país.
Representantes de la empresa privada, de su lado, han rechazado todas aquellas políticas que sólo han contribuido a reproducir la desigualdad y la pobreza. La respuesta es el desarrollo humano sobre la base de la inversión y la generación de empleo.
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