Se inicia este lunes el período de propaganda electoral, justo cuando se cuentan 90 días calendario antes de que se abran las urnas el 28 de noviembre próximo.
De acuerdo con el cronograma del Consejo Nacional Electoral, en esta fecha se dará comienzo a la elaboración de los listados definitivos de los votantes y también se consigna como el último día para el desarrollo de las campañas de promoción de la administración central y de los gobiernos locales. Se exceptúan las jornadas informativas de las autoridades electorales.
Los partidos políticos deben solicitar por escrito al organismo colegiado para la realización de concentraciones, desfiles, manifestaciones y reuniones públicas en lugares abiertos, siempre que éstos tengan connotación nacional.
Los aspirantes a cargos de elección popular ya están en el ruedo, en la cuenta final rumbo a los comicios generales convocados para el último domingo de noviembre.
Organizaciones de la sociedad civil, diversas plataformas de acción y numerosos frentes por la democracia ya se han pronunciado por un proceso transparente y propositivo que genere confianza, que fortalezca la gobernabilidad y que privilegie las propuestas y No la violencia electoral.
El proceso que culminará el 28 de noviembre de 2021 se torna incierto, espinoso y sujeto de las maniobras de los políticos demagogos y ambiciosos por llegar al poder a cualquier precio.
Los hondureños van a ejercer el sufragio a favor o en contra de los candidatos de 14 partidos que están inscritos para la justa en los tres niveles de elección.
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El escenario es complejo. Diferentes grupos de incidencia piensan que se avecina una crisis política, por todo lo que se ha vivido la víspera.
Se recuerda el triste espectáculo de los dirigentes y líderes que se enfrentaron antes de que se realizara el sorteo para determinar la ubicación de los postulados en la papeleta.
Además, en el interior de los partidos las contiendas son descarnadas y visibles, en algunos; y ocultas o disfrazadas, en otros institutos políticos.
La detención de algunos alcaldes, supuestamente vinculados con delitos en su diverso grado, ha desencadenado acusaciones de persecución política por parte de los funcionarios señalados.
Por otra parte, los reclamos de líderes de algunos institutos políticos sobre la manipulación en la inscripción de sus planillas también le han dado una dosis de tensión al ambiente electoral.
No hay que dejar al margen lo que ocurre en el interior del Consejo Nacional Electoral. No hay una comunión sólida en las actuaciones de sus integrantes, que están más ceñidos a los dictados de los partidos a los que representan y menos cercanos a los principios de independencia del organismo colegiado.
Los políticos siguen en mora con los ciudadanos convocados a la justa comicial en cuanto a la presentación de propuestas a la problemática nacional.
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