¿Narcotraficante como sostiene la fiscalía de Nueva York o azote del narco como se defiende el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández? El jurado mantiene el suspense después de que el primer día de deliberaciones concluyera sin un fallo, que debe ser unánime.

Hernández, que según la fiscalía neoyorquina creó un narcoestado durante sus ocho años de presidencia (2014-2022), está acusado de conspirar para traficar droga y armas y de poseer armas, delitos por los que, de ser hallado culpable, puede pasar el resto de sus días en la cárcel, como su hermano Tony, condenado a cadena perpetua en 2021.

Los 12 miembros del jurado, que reclamaron en la tarde pasajes de transcripciones de testigos, así como del testimonio del expresidente, concluyeron el jueves su primer día de deliberación sin alcanzar un veredicto y están citados el viernes para proseguir su tarea. Su decisión debe ser unánime.

Su función es definir si es inocente o culpable de los cargos que pesan sobre él. La eventual condena la impondrá el juez.

Arropado por los tres generales (uno en la reserva) que vinieron a testificar a su favor, el acusado con cuidada barba y rostro cansado se acercó a saludar y a departir brevemente con dos familiares, una de ellas una cuñada que no quiso revelar su nombre, llegada de Honduras.

Ni su esposa ni sus hijos han recibido visado para acudir al juicio.

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Altar frente al tribunal

Frente al tribunal, un grupo de manifestantes erigió un altar con fotos de personas asesinadas durante la "narcodictadura" del mandatario, mientras otro grupo, con megáfono en mano, iba desgranando nombres y un coro gritaba: "Aquí está tu narco presidente".

La sala del tribunal estaba abarrotada de hondureños que vinieron, muchos de Honduras, a presenciar este juicio histórico. 

Mery Rodríguez García, que se acercó desde la vecina Nueva Jersey, quiere "justicia para Honduras". "Él (Hernández) es el grande, pero hay camellitos abajo de él que sigue siguen la corrupción", dijo a la AFP.  

El jurado tiene que pronunciarse sobre un cuestionario sobre los tres cargos. De la respuesta de la primera pregunta -si es inocente o culpable de conspirar para traficar con drogas- dependerá si tienen que responder al resto.

Para el fiscal Jacob H. Gutwillig, no hay duda de que el expresidente "es un narcotraficante" y "es culpable más allá de la duda razonable".

Según la fiscalía, recibió millones de dólares de sobornos de los capos de la droga, entre ellos del cartel de Sinaloa de Joaquín "Chapo" Guzmán -condenado a cadena perpetua en Estados Unidos-, a cambio de protegerlos de la extradición y ofrecer seguridad con ayuda de militares, policía y la justicia a sus valiosas mercancías procedentes de Colombia con destino final al mercado estadounidense.

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Durante su presidencia, Honduras se convirtió en una "súper autopista" para la cocaína colombiana, según la fiscalía que asegura que entre 2004 y 2022 la red que apoyó Hernández introdujo más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos. 

Duda razonable

La defensa ha pretendido socavar las declaraciones de los testigos -la mayoría narcotraficantes que buscan reducir sus penas con su cooperación- y la falta de pruebas que apuntalen sus acusaciones. 

Aunque con las acusaciones de conspiración, basta la duda más allá de lo razonable del jurado de que dos o más personas se pusieron de acuerdo para enviar droga a Estados Unidos para condenarlo.  

"La única prueba que tenemos es la palabra de un narcotraficante a otro narcotraficante", dijo el abogado de la defensa Renato Stabile, que recordó al jurado que el exmandatario promulgó leyes contra el lavado de dinero, la incautación de bienes de origen delictivo y autorizó las primeras extradiciones de narcos a Estados Unidos.

El expresidente tenía dos caras: una pública que fingía combatir el tráfico de drogas, pero otra que en privado protegía a los suyos, había dicho poco antes el fiscal Gutwillig.

¿El siguiente?

Hernández, que se siente "víctima de una venganza", tachó a los testigos de "mentirosos profesionales". "Todos tienen muchos motivos para mentir", dijo en el estrado, pese a que no estaba obligado a declarar.

"¿El único que dice la verdad es usted?", le espetó el fiscal Kyle Wirshba tras un duro interrogatorio en el que le puso contra las cuerdas cuando le preguntó por qué protegió a su hermano Tony, acusado de narcotráfico y que no fue detenido hasta 2018 en el aeropuerto de Miami.

A lo largo del juicio, la docena de testigos de la fiscalía pusieron de manifiesto los estrechos vínculos entre narcotráfico y política en el país centroamericano. El precedesor de Hernández, Porfirio Lobo, también fue acusado por su hijo de haber recibido dinero del narcotráfico. ¿Será el siguiente?

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