El 19 de junio de 1991 Pablo Emilio Escobar, considerado el narcotraficante más grande de Colombia, ingresó a La Catedral, una prisión ubicada en la aldea La Miel del municipio de Envigado, vecino a Medellín. 

En la actualidad, 31 años más tarde, ese lugar es un refugio que acoge a ancianos sin recursos y que está guiado por su labor social y vocación religiosa.

Hoy, en La Catedral funciona la Fundación Monástica San Benito Abad, manejada por monjes benedictinos, encargados del asilo, de un monasterio y de una iglesia a donde acuden los feligreses a orar. AFP

En aquel entonces, Escobar se entregó a las autoridades por un acuerdo que había hecho con quien era el presidente de Colombia, César Gaviria. El objetivo del narco colombiano era no ser extraditado hacia Estados Unidos.

Sin embargo, más que una prisión, ese lugar se convirtió en un refugio para Pablo Escobar, pues desde La Catedral seguía controlando sus negocios; además, gozaba de privilegios que no tenía ningún otro recluso, según datos de las autoridades. 

Oficina de Pablo Escobar en La Catedral.

Uno de esos beneficios era que en su "celda" tenía una oficina, la cual estaba decorada a su gusto. Desde allí continuó operando y coordinando el traslado de drogas de Colombia hacia Estados Unidos.

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En lugar de celdas y barrotes, el recinto contaba con amplias habitaciones, salas de juego y gimnasio, además una cascada natural y cancha de fútbol, que en algún momento funcionó como helipuerto.

Pablo Escobar también gozaba de una gran vista en la prisión. EFE.

A pesar de que el lugar estaba protegido con un enorme muro y una cerca eléctrica, las puertas siempre estuvieron abiertas para familiares, amigos y socios del narco.

Según se cuenta, allí organizó diferentes festejos con alcohol, drogas y mujeres. 

Habitación de Pablo Emilio Escobar dentro de la prisión.

A pesar de las comodidades con las que contaba el capo colombiano, un año y medio después se fugó de La Catedral, evitando así que lo trasladaran a una cárcel diferente.

El 2 de diciembre de 1993, un tiempo después de su fuga, Pablo Escobar murió abatido mientras intentaba escapar de las autoridades, en el tejado de la casa donde se escondía en el barrio Los Olivos de Medellín, la capital antioqueña.

Placa ubicada en las instalaciones de La Catedral.

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