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En el caso de Honduras el no contar con un suministro eléctrico continuo y de calidad le ha salido sumamente costoso a lo largo de su historia. En Economía el costo de no contar con el servicio eléctrico se analiza desde la óptica del costo de oportunidad, es decir, lo que se pudo haber producido o realizado de haber tenido energía eléctrica, y se le conoce como el Costo de la Energía No Suministrada.



Incluso existe mucho debate sobre cómo realizar esta estimación, se puede estimar realizando encuestas especializadas, o dándole un valor económico a cada kilowatt hora que no fue suministrado. Para el caso de Honduras podríamos utilizar el valor de US$1.5 por kilowatt hora no suministrado, si tomamos en cuenta la estimación realizada por un estudio de la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE). Es decir que en la reciente crisis de apagones en la que se llegó a racionar hasta 2GWh en un solo día, el país perdió cerca de L 74 millones. Solo en el mes de junio la energía no suministrada fue de 19.92 GWh, lo que implica que en el país perdió alrededor de L732 millones en un solo mes.



Este valor tiene varios usos dentro del subsector eléctrico, en otros países se utiliza para conocer la disposición o nivel de voluntad de pago de un usuario por el servicio de energía eléctrica. También sirve para establecer la multa que las empresas distribuidoras deben remunerarles a los usuarios del servicio eléctrico cuando las interrupciones son a causa de la ineficiencia de estas.



Un elemento que no es tomado en consideración por esta valoración del Costo de la Energía No Suministrada es la actividad económica que pudo haberse llevado a cabo pero que no se realizó debido a la falta de disponibilidad eléctrica. Este es un elemento importante para considerar para el caso de Honduras ya que es costumbre saber que en el país no hay un suministro eléctrico continuo, de calidad y a precios competitivos. Un claro ejemplo de ello es el Valle de Sula en donde año con año llegan inversionistas interesados en instalar una fábrica o realizar un desarrollo inmobiliario, pero que finalmente deben terminar desistiendo al no existir una garantía de suministro.



La falta de un suministro eléctrico confiable inhibe incluso las posibilidades para el país en desarrollar su potencial logístico ya sea con puertos marítimos o aeropuertos. Es por esta razón que el tema de energía eléctrica debió ser y debe ser un tema de alta prioridad a resolver por las autoridades gubernamentales y debería estar en la agenda de todos los partidos políticos.



Ciertamente quien mejor conoce los impactos de las interrupciones del suministro eléctrico son los emprendedores y las MIPYMES que pierden sus productos, pierden ventas, pierden clientela, pierden la capacidad de pagar préstamos y la planilla de los empleados. Sin embargo, las soluciones siempre ser en función de criterios técnicos, una correcta planificación que sea ejecutada a través de procesos de licitación abierta, internacional, transparente y competitiva, ya sea para la inversión en nueva generación, o la construcción de obras en transmisión. Únicamente a través de ello podremos tener seguridad de contar con un suministro eléctrico continuo, sin interrupciones, de calidad, y por, sobre todo, a precios competitivos.

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