Una madrastra mató a una hijastra y casi le quita la vita a su otro hijastro en Brasil al darles veneno para ratas para quedarse con la fortuna de su marido.

Cíntia Mariano, de 48 años, comenzó como la encargada de manejar el transporte escolar de Fernanda y Bruno Carvalho Cabral, los hijastros y, años después, tras el  divorcio de los padres de los jóvenes se convirtió en la nueva esposa del progenitor de ellos, Adeilson Cabral.

La macabra tarea comenzó con Fernanda de 22 años, quien después del almuerzo comenzaba a sentirse mal al grado de vomitar, se sentía aletargada y le transpiraba el cuerpo entero.

Luego de dirigirse al baño y vomitar, las molestias empeoraron hasta que la joven se desplomó.

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Fue su padre quien la encontró tirada. A Fernanda le estaba costando respirar y le salía espuma por la boca, y los ojos se le iban para atrás, apenas si podía decir alguna palabra arrastrando las sílabas.

Asustados, la llevaron de inmediato a la clínica Albert Schweitzer. Alrededor de las 20 horas Fernanda ingresó a la guardia babeando, con la lengua torcida, semiconsciente.

Los médicos estaban desorientados, indicaron una batería de test y la internaron en terapia intensiva, pero nada de lo que se hizo logró reanimar a la infortunada joven.

Era la noche del martes 15 de marzo de 2022 en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, cuando Jane Carvalho, madre de la joven se enteró de que su hija se encontraba hospitalizada en un estado crítico.

Los doctores explicaron a la familia que Fernanda se encontraba en condición crítica, presentaba respiración agónica, vómitos, alteraciones en el sistema respiratorio, diarrea, bradicardia, déficit muscular, compromiso neurológico y mil cosas más.

Los especialistas no arriesgaban ningún diagnóstico.

“Nos preguntaban si Fernanda tomaba anabólicos o algo… ¡ella nunca tomaba nada y entrenaba mucho! Era muy saludable.

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La madrastra dijo que ella tomaba un producto después del gimnasio (…) Pero yo le creía a mi hija (…)”, cuenta Jane, quien también recuerda haberle preguntado al médico si su hija podría haber sido envenenada.

Premonición pura. Lo único que sabían es que ella había comido al mediodía un plato de feijao con arroz hecho por Cíntia. Luego, había venido la tremenda descompostura. Pero los médicos no hicieron los exámenes pertinentes. Error.

Madrastra
Fernanda falleció a la edad de 22 años a causa del veneno para ratas que ingirió incosientemente.

Los médicos llegaron a pensar que la joven podría avanzar; sin embargo, tiempo después los síntomas se agravaron.

A Fernanda le dio un paro cardíaco y tuvieron que intubarla, en el momento en que se le detuvo el corazón, no llegó suficiente sangre a su cabeza: como consecuencia tuvo una lesión cerebral.

Todos pensaron que se trataba de una muerte natural y obviaron la autopsia.

El día que Cíntia llegó comenzó la destrucción de la familia

Aquella decisión que Jane tomó para facilitar el traslado escolar de sus hijos fue el principio del fin.

El resto de su vida tendrá que recordar que fue ella quien trajo a su familia a la mujer que le robó parte de su vida con la  muerte de su hija, de acuerdo a Infobae.

Pues fue tras su divorcio con el padre de sus hijos que cíntia se convirtió en la nueva esposa y madrastra de sus hijos.

Aunque al principio todo parecía marchar de forma normal, la mujer, en ocasiones, dejaba ver sus intenciones ocultas.

Según Jane, Cíntia, por momentos, era agradable. En otros, todo lo contrario. Con ambos chicos chocaba. 

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Según la mujer, la madrastra pretendía que Fernanda dejara siempre abierta la puerta de su habitación para que el aire acondicionado de ella ayudara a enfriar también el living. Esto generaba discusiones. 

Por su parte, Bruno asegura que Cíntia también lo hostigaba: le escondía su mochila del colegio y le quitaba el dinero semanal que le entregaba su padre.

 Cuando se atrevió a contárselo a Adeilson, él no le creyó. Minimizó los hechos. Lo más seguro es que el dueño de casa no quisiera líos ni peleas intramuros, de acuerdo al relato del medio.

Madrastra
Gracias a la rápida acción de Jane (izquierda), Bruno (derecha) se salvó de la muerte, pues recibió la atención médica a tiempo.

A dos meses de la muerte de Fernanda la madrastra volvió al ataque

Dos meses después de la muerte de Fernanda, Bruno, quien se había hartado de los abusos de su madrastra, le dijo a su madre que se regresaría a su casa,; sin embargo, regresó de visita a la casa de su padre y compartió el almuerzo con Adeilson Cabral, una hija del primer matrimonio de él, Bruno, Cíntia y sus dos hijos y una nieta.

Un apagón bastó para que la malintencionada mujer actuara.

Con unos segundos a oscuras, Cíntia le alcanzó el plato a Bruno, quien se quejó de los porotos (especie de fríjoles) y dijo que tenían un sabor amargo.

El adolescente también observó unas piedritas azules que relucían entre los porotos oscuros y se dedicó a separarlas en la esquina de su plato.

Cíntia se puso nerviosa, tomó el plato de Bruno y lo llevó a la cocina donde colocó más frijoles, acción a la que Bruno respondió comiendo, pero con desconfianza para evitar peleas con su madrastra.

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“Dejalo en paz, si no quiere comer que no coma”, replicaron los hijos de Cíntia.

Momento después, el joven le pidió a su madre que lo recogiera porque no se sentía bien. Una vez con su madre, el joven le explicó a su madre lo sucedido y le comentó las molestias que sentía.

Le consultó qué debía hacer para vomitar y cuando llegó a la casa se introdujo los dedos a la garganta para intentar expulsar lo que se había comido, pero sin éxito.

Fue entonces que su madre se alarmó al verlo somnoliento, como atontado. 

“Caminaba como un robot y transpiraba mucho”, contó Jane. De pronto, le pareció que Bruno tenía el cuerpo como paralizado. ¡Eran los mismos síntomas que había tenido Fernanda!

Tras ver que su hijo empeoraba, Jane llamó a su ex esposo y este llegó acompañado de la madrastra.

"Llegaron a casa los dos al mismo tiempo, él y la madrastra, y yo le grité a ella en la cara ¡qué le pusiste en los porotos!”, dijo Jane.

A Bruno lo internaron en el Sanatorio Albert Schweitzer, pero esta vez, Jane tenía más clara la situación, así que pidió hablar a solas con el médico y le dijo que podría tratarse de un envenenamiento.

A Bruno le practicaron inmediatamente un lavado gástrico y le dieron antídotos para revertir los síntomas. También debieron sedarlo.

El joven estaba inconsciente a dos meses exactos de la internación de su hermana. El terror paralizó a Jane, quien recuerda ese día como el peor de su vida.

Madrastra
Cíntia Mariano ahora guarda prisión y ha sido repudiada por su familia y la comunidad brasileña entera.

Las sospechas eran ciertas

Efectivamente, el equipo de médicos diagnosticó una intoxicación exógena. Los exámenes detectaron altos niveles de raticida en el cuerpo de Bruno. En su sistema gástrico hallaron cuatro gránulos esféricos y diminutos del pesticida.

Tras el diagn´óstico de Bruno exhumaron el cuerpo de Fernanda y encontraron el mismo veneno que detectaron en el cuerpo del joven.

Tras los resultados de la investigación, Cíntia Mariano fue detenida por intento de asesinato de los hermanos Carvalho Cabral.

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Pero no sería una presa fácil, su desorden mental la llevó a implicar a su hijo biológico; sin embargo, luego de hablar con ella acabó incriminándola.

Lucas Mariano Rodrigues (26) declaró ante la policía que su madre le había confesado haber colocado veneno para ratas en la comida de los hijos de su marido y en su cuenta de Instgram compartió una carta en la descargó lo que sentía hacia su progenitora.

La justicia llegó para la familia Carvalho Cabral

Tiempo después, con los resultados de los estudios en la mano, Jane inició una campaña en busca de justicia también en las redes sociales y sostuvo “que esté en prisión es un alivio”.

“Hoy no hay lágrimas en los ojos. Hoy hay sangre en los ojos. Por la codicia. Por la justicia. Por la victoria… Por mi familia”, posteó.

Hoy los padres de Fernanda y de Bruno coinciden en llamar “monstruo” a la acusada Cíntia Mariano, que duerme tras las rejas.