Melissa Lucio, la primera hispana que será ejecutada en Texas este miércoles por la muerte de su hija de dos años, brindó una respuesta en un intenso interrogatorio realizado tras el crimen del cual es acusada y condenada, pero que su defensa alega que fue inducida.
La acusación contra la mexicana nacionalizada estadounidense tiene origen en el año 2007 cuando fue señalada de matar a golpes a su hija Mariah, sin embargo, ella (Melissa Lucio) ella asegura que la infante se cayó por unas escaleras en una de sus casas en Texas, lo que le causó su fallecimiento dos días después.
Para su condena a la máxima pena capital, el tribunal se basó en una confesión que dio ante agentes que fue calificada de "abusiva", ya que duró más de seis horas en donde no se le permitió, comer, ni beber agua, ni dormir, ni ir al baño.
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De acuerdo con información, debido al intenso e inhumano interrogatorio, Melissa terminó diciendo: "No sé lo que quieren que diga. Supongo que soy la responsable”.
En ese momento Melissa estaba embarazada y en estado de shock por la pérdida de su bebé.
Expertos que han revisado el caso de la acusada afirman que Melissa durante el interrogatorio fue presionada implacablemente y manipulada extensamente.
Los abogados de la madre de 14 hijos sentenciada a muerte tras pasar 14 años en prisión, afirman que una nueva revisión del material probatorio del caso demuestra que es inocente y que fue inducida a entregar una confesión bajo presión.
En ese sentido, solicitan clemencia al gobernador de Texas, Greg Abbott, para librarse de la pena capital.
Triste historia
Lucio creció en una familia católica y mexicoamericana, bajo condiciones de extrema pobreza en el Valle del Río Grande en Texas. Cuando Lucio tenía solo 6 años, dos familiares varones adultos comenzaron a abusar sexualmente de ella cuando su madre no estaba en casa.
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