Numerosos países tienen atrasos en sus contribuciones a la ONU -que se financia con las aportaciones de los estados miembros-, hasta tal punto de que el año pasado la organización tuvo que suspender las contrataciones.

El pasado 25 de enero, su secretario general, António Guterres, mandó una carta a todos los Estados recordándoles que, de no mediar un pago de sus aportaciones a corto plazo, las arcas quedarían vacías para agosto, y que en lo inmediato eso significaría una limitación de las reuniones, un freno a proyectos de construcción o mantenimiento de edificios y una reducción de compras.

Cincuenta países aún no han pagado sus partidas correspondientes a 2023, y entre ellos se encuentra EE.UU., que debe una parte de su cuota por la dificultad de la Administración Biden de que el Congreso apruebe esa aportación; en este momento EE.UU. debe mil millones de dólares entre los atrasos de 2023 más su cuota de 2024.

Los recortes presupuestarios afectan a todos los departamentos, pero a HRW le preocupa en particular las consecuencias de las misiones de investigación sobre derechos humanos en países como Sudán, Siria y Ucrania, donde hay serias sospechas de que se han cometido atrocidades.

Al respecto, recuerda que ciertos países como China, Rusia, Cuba y otros llevan años tratando de quitar fondos para investigaciones que arrancan desde el llamado Quinto Comité de la Asamblea General, de la que suelen salir estas misiones. 

Siga leyendo IHTT busca adquisición de básculas para regular peso de contenedores en carreteras