Los resultados obtenidos por la Selección de Honduras, que dirige Fabián Coito, en las primeras jornadas del torneo clasificatorio a Qatar 2022 no fueron los esperados ni planificados.

Tras el auspicioso inicio con el empate en Toronto, siguió un descafeinado 0-0 en San Salvador, para terminar sucumbiendo en San Pedro Sula ante Estados Unidos con un marcador tan contundente como frustrante.

La expresión de "prueba y error" consiste en probar una alternativa y verificar si funciona. Si así resulta, se encuentra una solución. Pero, en caso contrario, debe buscarse un procedimiento diferente.

Pues esta técnica exploratoria necesita hoy un conjunto de posibles decisiones que cambien la comprometida situación que vivimos en la incipiente tabla de posiciones.

Coito probó... y erró

Y superadas estas horas de amargura y críticas viscerales, tendrán que llegar rápidamente tiempos de cambio en la planificación de los juegos de octubre. Planes diferentes y tal vez con diferentes jugadores.

Uno de los ensayos con malos resultados fue la elección de algunos futbolistas que solo decoraron la escenografía y sirvieron para completar los entrenamientos interescuadras.

Otro elemento a considerar es el nivel asumido por los jugadores y definir el grado de compromiso cuando se incorporan a la selección.

Seguimos confiando en la capacidad del entrenador porque sus antecedentes lo respaldan.

Coito, Urrutia y el resto del cuerpo técnico diagnosticarán y buscarán las alternativas que imperiosamente necesitamos para recuperar el terreno perdido.

Esos puntos ante Costa Rica el jueves (07.10.2021) y Jamaica el miércoles (13.10.2021) en el Olímpico serán claves para recuperar el aliento y la esperanza.

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