El padre de Hilda y Misael Orellana León, los niños hallados muertos en una finca en Copán con signos de abuso sexual, lamentó haberlos dejado solos en su casa y manifestó que algunos hombres le decían "suegro", aunque no está seguro que alguno de ellos haya acabado con la vida de sus hijos.

El señor Pablo Orellana se acercó este jueves a la morgue judicial de San Pedro Sula, Cortés (norte), para reclamar los cuerpos de sus niños, quienes fueron encontrados el miércoles en unos matorrales cerca de la casa donde vivían, en la comunidad La Laguna de El Paraíso, Copán, al occidente de Honduras.

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Muy acongojado por lo sucedido con sus niños, don Pablo dijo a periodistas que "yo tuve la culpa por dejarlos solos. A uno nunca se le viene a la cabeza que puede pasar algo. Yo bien echo de ver que tuve la culpa porque los dejé solos".

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Él relató que el sábado 11 de junio salió a comprar harina de maíz para hacer tortillas y alimentar a sus hijos, y al regresar, a eso de las 6:00 de la tarde, desde el río que debía cruzar miró en el cerro unas luces de focos de mano, gritó por si eran los niños pero solo miró que apagaron los aparatos.

Al llegar a casa no encontró a los niños pero no sospechó nunca que quizá las personas que andaban en el cerro se habían llevado a Hilda y Misael, aunque los anduvo buscando por esa zona, pero sus cadáveres los hallaron ayer en un lugar muy escondido.

"Suegro" le decían algunos hombres

Al mismo tiempo manifestó que a él no le gustaba que algunos hombres de su comunidad le dijeran "suegro", a lo que presume que pretendían a su hija Hilda Orellana León, de 14 años.

"Eran muchachos, habían veces que me decían 'suegro', eso no me gustaba pero yo me lo tomaba como broma. Yo nunca pensé que le pasara eso a mi hija, nunca pensé", expresó muy conmocionado.

A su vez se reprocha de que su niña "no quería ni a uno ni a otro y por eso cometieron ese error (asesinarla)".

Don Pablo Orellana aseguró que ni él ni su familia tiene enemigos en La Laguna, por lo que no logra entender quiénes pudieron matar a sus pequeños hijos de 14 y 11 años, quienes estaban desaparecidos desde el sábado 11 de junio.

Orellana es originario de la comunidad El Pinalito, municipio de Cabañas, siempre en el departamento de Copán, pero se había trasladado a El Paraíso donde trabajaba cuidando una finca.

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