Hay dos renglones que absorben la mayor parte del Presupuesto de la República y que deben ser revisados a la luz de los criterios de gasto eficiente de los recursos en tiempos de las “vacas flacas” por la abrupta disminución en la actividad económica.

Son el pago de sueldos y salarios de los empleados públicos que representa un monto superior a 69 mil millones de lempiras y el cumplimiento del servicio de la deuda pública que le cuesta a los hondureños cerca de 50 mil millones de lempiras anuales.

De acuerdo con los datos procesados por la Secretaría de Finanzas, las otras líneas en las que está distribuido el plan de ingresos y gastos del país son los activos financieros que ascienden a 51,200 millones de lempiras; los servicios no personales que consumen 44 mil millones de lempiras; y las transferencias y donaciones que se elevan a 40 mil millones.

La economía hondureña no podrá salir de la recesión en que se encuentra a causa de la pandemia covid-19, si no es por la vía de un ordenamiento fiscal que, a su vez, está referido a la contención del gasto estéril y el uso eficiente de los magros ingresos.

El Colegio de Economistas ha enfatizado en la reorientación de las asignaciones presupuestarias, de manera que éstas vayan para atender las prioridades de salud, educación y mejoramiento de las condiciones sociales de los grupos más postergados.

Los entendedores de las finanzas están de acuerdo con que la revisión de la estructura salarial es trascendental para lograr un equilibrio entre la captación de recursos, el ahorro de fondos y los gastos infructuosos.

Para el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICIEFI), el Gobierno ya no puede seguir endeudándose para cubrir los compromisos salariales de los funcionarios y empleados de la Administración Central y de las instituciones descentralizadas y desconcentradas.

Los informes oficiales indican que mensualmente son desembolsados un promedio de 3,500 millones de lempiras para atender los derechos salariales del sector público y más de 4 mil millones de lempiras para el pago de la deuda.

Si en la época de crisis el país continúa alimentando una masa salarial tan pesada como la que ahora existe con 240 mil servidores, y si el país continúa asumiendo mayor endeudamiento, el aparato económico va directo a su declive sin retorno, han advertido los entendidos en materia fiscal.

En un cercano tiempo, Honduras llegará a tener una deuda equivalente al 60 por ciento de su Producto Interno Bruto, alrededor de diez puntos por encima de la relación actual que ronda el 50 por ciento.

El endeudamiento del país sube a diez mil millones de dólares, según consta en los reportes oficiales, pero el análisis de los organismos independientes señala que este monto asciende a los 15 mil millones de dólares.

La masa salarial y el endeudamiento público son dos lastres sobre los cuales se vuelve inaplazable una intervención puntual que se refleje en la aprobación y vigencia de un Presupuesto balanceado y elaborado para los fines de una reactivación económica y social del país.

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