Los resultados que arrojan hasta el momento las elecciones generales confirman la pobre contribución de los llamados partidos pequeños a la democracia.

Algunas instituciones partidarias han salvado su permanencia en la vida política del país, en virtud de que lograron cazar una alcaldía o una diputación en Congreso Nacional; muchos van a desaparecer.

Cuando se ha completado el 98.8 por ciento de las actas procesadas que corresponden a 3.5 millones de votos, diez partidos políticos y dos candidaturas independientes no alcanzan, en su conjunto, ni siquiera los cien mil sufragios en el nivel presidencial.

La información publicada por el Consejo Nacional Electoral indica que una docena de aspirantes a la Primera Magistratura suman alrededor de 64,000 votos, correspondientes con el 1.9 por ciento.

La candidatura independiente de Milton Benítez, que al final de la carrera llegó a un acuerdo de unidad con la nominada por Libre, Xiomara Castro, contabiliza 8,700 votos, el 0.26 por ciento.

Le sigue de cerca Carlos Mauricio Portillo, postulado por la Democracia Cristiana, con 7,000 sufragios, equivalentes al 0.21 por ciento.

En seguida aparece el ex jefe del Estado Mayor Conjunto de Las Fuerzas Armadas y lanzado por el Partido Alianza Patriótica, Romeo Vásquez Velásquez, con un caudal de 6,400 papeletas, el 0.20 por ciento.

En la contienda que culminó el pasado 28 de noviembre, también se presentó la aspirante Kelin Pérez del Partido Frente Amplio, quien hasta ahora apenas concentra alrededor de 6,000 votos.

Un poco atrás se quedó el periodista y candidato del Partido Nueva Ruta, Esdras Amado López, cuyo registro es de 5,800  votos (0.18 por ciento), en tanto que el contendor de Unidad Nacional Opositora, Alexander Mira, con 5,600 boletas válidas (0.17 por ciento).

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En ese mismo nivel figura Marlon Escoto, ex ministro de Educación y lanzado a la carrera por la Primera Magistratura del país en representación del emergente Partido Todos Somos Honduras. El apoyo que le han dado los votantes fue "pírrico": Únicamente 5,300 papeletas (0.16 por ciento).

En el otro escalón se ubica el candidato por Unificación Democrática, José Alfonso Díaz, quien nada más ha capitalizado alrededor de 5,300 votos (0.15 por ciento).

El Partido Anticorrupción que en su primera carrera en la actividad política, en 2013, había obtenido un buen caudal, ahora se ha hundido en el rango de los 4,100 votos.

José Ramón Coto, postulado por el Partido Vamos, obtiene unas  3,700 papeletas (0.11 por ciento), mientras que Liberación Democrática, conducido por Lempira Viana, llega con dificultad a los 3,300 sufragios (0.10 por ciento).

En el último puesto aparece el capitán retirado y promovido a la Presidencia por el Movimiento Dignidad y Esperanza, Santos Rodríguez Orellana, con 3,200 marcas (0.10 por ciento).

¿Partidos y candidaturas de maletín, aspirantes sin ningún respaldo popular, cazadores de negociaciones políticas? Para algunos analistas, la democracia de Honduras no debe tomarse como una fiesta de tipo "partidista" en la que toman parte políticos "oportunistas" o "personajes advenedizos" que se atreven a formar partidos que hacen "bulto".

En contraposición, un sector de politólogos son del criterio que la democracia es participación y es inclusión, por lo que no caben cortapisas al derecho a los hondureños de elegir y ser electos. ¿Qué es democracia, entonces?