El pasivo acumulado de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) es superior a los 80,000 millones de lempiras, tiene pérdidas de 34 por ciento y su desbalance entre ingresos y egresos es de No menos de 5,000 millones de lempiras anuales.

Si esto no fuera poco, un millón 100,000 hondureños y 300 centros de salud no tienen acceso al servicio de energía eléctrica, han ponderado los expertos.

¿Por qué los informes sobre el estado de la ENEE no son presentados públicamente para que los abonados conozcan cómo se calculan las tarifas y de qué manera son manejados los recursos de la empresa?

La crisis de la ENEE sobrepasa a la institucionalidad del país. La prueba está en que el déficit actuarial de la estatal es el principal hoyo negro de las finanzas del país.

El Estado se ha endeudado para cumplir cubrir el desfase financiero de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, pero los resultados han sido nulos.

En 2019, el Estado colocó 700 millones de dólares para sacarle las castañas del fuego a la institución de servicio público y el año pasado el Congreso Nacional autorizó la negociación de otros 600 millones de dólares, siempre con el objetivo de financiar los compromisos de la agonizante ENEE.

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La reducción de las pérdidas y la renegociación de contratos suscritos con la Empresa Energía Honduras y con los generadores privados, son las acciones que los expertos creen que deben tomarse de inmediato para iniciar el camino hacia el rescate de la ENEE.

Si No es así, lo único que quedaría por delante es la venta de activos de la institución, han sentenciado los economistas y ex gerentes de la empresa.

Un hecho en el que están de acuerdo los conocedores de la industria energética es que la crisis de la estatal eléctrica va más allá de las opciones que podrían plantearse para No dejar que la entidad fallezca en su operación, dinámica administrativa y su balance financiero.

Hasta el primer cuatrimestre de 2021, el estado financiero de la ENEE reflejaba un déficit acumulado de 62,000 millones de lempiras, un crecimiento de 5,000 millones de lempiras en comparación con el mismo período de 2020.

Las cuentas por pagar a los proveedores ascienden a diez mil millones de lempiras, la deuda pública interna y externa de largo plazo rebasa los 50,000 millones de lempiras y el pasivo laboral pendiente de ser saldado bordea los 80,000 mil millones de lempiras.

La situación de la ENEE se ha convertido en la principal fractura de las finanzas de Honduras. Se proyecta que le tomaría cinco años solo para iniciar la ruta de su saneamiento.

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