Una inmoderada especulación en el valor de los granos básicos, particularmente de los frijoles, se ha desatado como resultado de la pérdida de las cosechas por efecto de las tormentas Iota y Eta.

En los mercados de las ciudades más importantes, la medida de frijoles ha alcanzado un costo de 70 lempiras, un alza de 20 por ciento, ante la amenaza de que se presente desabastecimiento después de que los cultivos fueron inundados y que se perdiera la cosecha de primera.

Las mismas autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería informaron que ya no hay manera de recuperar el 80 por ciento de la siembra de frijoles y ahora lo que se persigue es rehabilitar las zonas productoras para el ciclo de postrera.

Los perjuicios también son significativos en las siembras de arroz y maíz, por lo que se espera que la población se vea afectada por el desabastecimiento y el consecuente incremento desenfrenado en su costo.

Los daños son incuantificables. Apenas y se ha logrado levantar un recuento somero de los perjuicios sufridos por el sector agro-alimentario.

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Los datos procesados por las dependencias del sector público agrícola señalan que más de 21 mil manzanas de cultivos de frijoles fueron destruidas por la fuerza de los fenómenos naturales en Atlántida, Choluteca, Colón, Comayagua, Copán, El Paraíso, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Lempira, Ocotepeque, Olancho, Santa Bárbara, Valle y Yoro.

Al menos 12 mil 500 manzanas de maíz resultaron destruidas en las zonas norte, sur, central y occidental, señalan los estudios primarios de los estragos ocasionados por las inundaciones.

Y en Atlántida, Colón, Comayagua, Copán, Gracias a Dios, Intibucá y Olancho, se registraron unas 6 mil manzanas de cultivos de arroz con pérdidas totales.

En general, las cifras oficiales señalan que las pérdidas del sector agrícola suben al 80 por ciento por efecto de las tormentas Iota y Eta, particularmente en los renglones de granos básicos, cítricos y palma africana.

Eta provocó destrozos en los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón, Santa Bárbara y El Paraíso, en tanto que el meteoro Iota generó perjuicios mayores en las siembras de frijoles, maíz, cultivo de tilapia y plantaciones de cítricos.

En El Salvador, las afectaciones se presentaron sobre todo en los cultivos de frutas, hortalizas y en el segundo período de cosecha de frijoles.

Los pequeños y medianos productores de El Salvador expusieron que, debido a las copiosas lluvias de Eta, se perdieron 82 mil quintales de frijoles, el cuatro por ciento de las siembras programadas en el presente ciclo.

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En Guatemala, la Asociación de Exportadores confirmó que solamente durante el paso de Eta, una de cada cuatro empresas agrícolas sufrieron daños graves.

En aquel país vecino, el cinco por ciento de las unidades agro-exportadoras experimentaron pérdidas totales en el 60 o 100 por ciento del área cultivada.

Y en Nicaragua, la Federación de Cooperativas para el Desarrollo estima que el 60 por ciento de los cultivos de maíz salió afectado y el 80 por ciento de la producción de frijoles se perdió.

En Honduras, las autoridades anunciaron que esta semana se realizará un estudio para aproximar el monto que se necesitaría con miras a la recuperación del sector productivo que ha salido profundamente perjudicado por los embates de la naturaleza, con el riesgo de dejar a la mayoría de la población en inseguridad alimentaria.