El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un incremento de 0,48 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 93,93 dólares.

La cotización del Brent llegó a rozar los 95 dólares por barril en una sesión en la que la atención de los inversores volvió a centrarse en la reducción de la oferta que se espera en el último trimestre del año.

Los recortes de bombeo anunciados hasta diciembre por Arabia Saudí y Rusia, los dos mayores productores de la OPEP+, han impulsado al barril europeo en las últimas semanas.

Por su parte, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) subió este lunes un 0,8 % y cerró en 91,48 dólares, un precio que no se veía desde finales del año pasado.

Al cierre de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros de WTI para entrega en octubre sumaron 0,71 dólares con respecto a la jornada anterior.

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El Texas lleva tres semanas seguidas encareciéndose, más del 4 % en la última, y continúa en la misma trayectoria ante la perspectiva de una oferta ajustada de combustible a nivel global.

La subida en el precio comenzó tras conocerse los recortes adicionales de suministro de Arabia Saudí y Rusia, que supondrán 1,3 millones de barriles diarios menos hasta finales de año.

En los últimos días, además, ha influido el nerviosismo por la próxima decisión de la Reserva Federal de EE.UU. sobre los tipos de interés tras los últimos datos sobre la inflación, que ha repuntado.

El banco central celebra su reunión de política monetaria este martes y miércoles y los analistas consideran poco probable otra subida de tipos, que no obstante podría producirse más adelante.

Por otra parte, los contratos de futuros de gas natural para octubre sumaban 0,08 dólares, hasta 2,64 dólares, y los de gasolina con vencimiento el mismo mes restaron 0,01 dólares, hasta 2,7 dólares.

Medidas a implementar

El Gobierno francés pretende reforzar el dispositivo para combatir la inflación autorizando a las gasolineras a partir de diciembre y durante un periodo de seis meses la venta de carburante por debajo del precio de coste, una medida que inquieta a los grupos independientes.

El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, explicó este lunes que en octubre se presentará un proyecto de ley para levantar la prohibición de venta a pérdida de los carburantes (en vigor desde 1963), que debería poder aplicarse a partir del 1 de diciembre.

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En una entrevista al canal France 2, Le Maire precisó que la medida "durará seis meses" y que el objetivo es conseguir "carburantes más baratos por toda Francia".

El ministro no quiso comprometerse a cifrar esa rebaja e insistió en defender su estrategia de implicar a la industria y a los grupos de distribución para contener la inflación. Puso como ejemplo el compromiso del gigante petrolero TotalEnergies de no vender el carburante a más de 1,99 euros el litro, cuando en algunas gasolineras las tarifas llegan a rondar o incluso a superar los 2,20 euros.

En la actualidad, el precio medio del gasóleo en Francia, que ha subido más de 20 céntimos de euro en los últimos dos meses, se sitúa en 1,88 euros por litro. La gasolina se acerca a los 2 euros por litro, tras haber aumentado más de 12 céntimos en ese periodo.

Mobilians, una asociación de gasolineras independientes, que según sus datos suponen 2.400 en toda Francia, ha advertido de que si se ponen a vender a pérdida, su supervivencia estará en peligro.

El Ejecutivo, en cualquier caso, descarta volver a subvencionar los precios de los combustibles, como se hizo durante meses tras el choque generado por la invasión rusa de Ucrania, por el elevado coste para las finanzas públicas.

Los precios de los carburantes se han incrementado por la cotización del petróleo (el barril de brent se situó por encima del listón de los 90 dólares la semana pasada), pero también por el ascenso de los márgenes de refino.

Le Maire señaló que "el Estado no puede asumir solo el coste de la inflación", pero recordó que ya se han dedicado 90.000 millones de euros para contener los ascensos de tarifas del gas y de la electricidad, y que el año próximo se van a presupuestar todavía más de 10.000 millones para mantener el llamado "escudo de tarifa" de la electricidad.

Actualmente, ese "escudo" supone que el Estado paga "un 37 %" de la factura de electricidad de los particulares, recordó.

Más allá de la energía, el ministro de Economía y Finanzas contó que prepara también otro texto legislativo para adelantar en tres meses las negociaciones anuales entre industriales y grupos de la distribución para fijar los precios, que normalmente deberían desarrollarse a partir de marzo.

Con esa medida, que busca repercutir a la baja en los supermercados los precios de productos que se han reducido en los últimos meses sin esperar a la próxima primavera. Las negociaciones tendrán que estar concluidas el 15 de enero. 

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