La población de las instituciones de enseñanza superior del sector público cayó de manera constante, mientras el número de alumnos de las universidades privadas sólo se mantiene, no crece. Este comportamiento guarda relación directa con la pérdida de la masa estudiantil en los niveles básico y secundario por varios motivos entre los que se enumeran: la deserción, el desplazamiento forzoso, la emigración, la simple pérdida de interés en el estudio o la grosera exclusión de los niños y jóvenes por parte del mismo sistema. En general, la matrícula en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán y en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y sus centros regionales, ha tenido un descenso del 50 por ciento. En la Universidad Nacional en el Valle de Sula, se registraba una matrícula de más de 19,000 alumnos hace seis años; sin embargo, esa población se vino abajo hasta los 10,700 estudiantes. En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el descenso en la masa estudiantil ha sido de gran impacto con motivo de la pandemia que obligó a la impartición de clases virtuales y que dejó fuera a un número importante de jóvenes. Al menos cinco carreras han registrado la mayor pérdida de estudiantes en la Alma Máter. Entre estas unidades se encuentran pedagogía, informática administrativa, enfermería, contaduría pública y finanzas, derecho, medicina, psicología, derecho y medicina. Son las carreras que han sufrido una baja de hasta el 50 por ciento en su planta de alumnos. En algunos casos, su población de educandos ha venido de 8,000 hasta los cuatro mil o cinco mil jóvenes inscritos. En otros, la matrícula cayó de cinco mil a tres mil alumnos o se ha reducido desde los seis mil hasta los cuatro mil estudiantes que se fueron y que ya no regresaron a las aulas de la máxima casa de estudios. En los cinco años recientes, la máxima casa de estudios ha perdido unos 30,000 alumnos. La tasa bruta de matrícula en el sistema de enseñanza superior pasó de 21 por ciento a 18 por ciento. En lo que se refiere a los centros de estudios superiores privados, hay que anotar que hasta 2020 habían mantenido el 49 por ciento de la demanda estudiantil. Este dato se relaciona con el incremento de casi 300 por ciento en el número de universidades privadas evidenciado en las últimas dos décadas. En general, únicamente 10 de cada cien jóvenes tienen acceso al nivel superior y en la enseñanza básica alrededor de un millón de niños y adolescentes permanecen excluidos de las aulas.