En el último año las pérdidas de la ENEE se dispararon en 60 millones de dólares, subiendo de 34.1 por ciento a 36.7 por ciento, mientras sus colapsadas líneas de transmisión y distribución suponen un riesgo a la soberanía energética del país.

El espectro de los apagones y los agudos racionamientos de electricidad vuelve a rondar, como fantasma, sobre los hogares hondureños y  los emprendimientos nacionales y extranjeros, al tiempo que economistas y expertos temen que esta caída libre en la que sigue, operativa y financieramente  la ENEE, termine de sacrificar al estado de Honduras.          

La estatal eléctrica cerró el 2022 con pérdidas monetarias superiores a los 20 mil millones de lempiras, 6 mil 175 millones más en relación a lo  que se perdía anualmente en el gobierno anterior, mientras el diferencial entre generación y venta de energía en gigavatios hora, en lugar en ensancharse, más bien  se amplió con saldos terriblemente negativos para el sistema energético nacional.  

A los expertos les alarma que transcurrido un año, la nueva administración no haya socializado ni delineado  una estrategia consistente,  y mucho menos,  un plan de rescate. 

De todas maneras, en apenas un año de gobierno, decía ayer en hrn el gerente interino de la estatal eléctrica, no es siquiera una obligación de la administración castro sarmiento, tenerlo consolidado y afinado.

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Si bien la energía es gratis pero para los abonados que consumen menos de 150 kilovatios hora al mes, los sectores comercial e industrial tuvieron que cargar en un 11 por ciento más con los costos adicionales que supuso el subsidio cruzado, mientras los hogares que consumen arriba de los 150 kilovatios mensuales, sufrieron un recargo en su factura de más de 12 por ciento sólo en el primer semestre del 2022.

Las consecuencias de los cortocircuitos administrativos que han sumido en la oscuridad operativa y financiera a la empresa nacional de energía eléctrica.   

 ¿Qué va a pasar entonces en el segundo año de gobierno de libre con este hoyo fiscal y barril sin fondo que es la ENEE, sin que lo que se haga sea como decimos popularmente los hondureños, “pan para hoy y hambre mañana”?. ¿o continuarán nada más “tapando baches” como lamentablemente ocurrió, mientras los gobiernos de turno se hacían de la vista gorda y sólo ocupaban la ENEE como un botín político?.        

Y  mientras el pueblo sigue siendo electrocutado por la tarifa eléctrica y las pérdidas de la ENEE continúan en caída libre, ahora bajo la amenaza  de los apagones y racionamientos, los hondureños terminaremos “haciéndonos piedra”, esperando el prometido plan de rescate del otrora soberano sector energético.

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