Una de las rutinas más comunes en la vida de los seres humanos es la de tomar un baño todos los días, ya sea por razones de higiene o para sentirse más cómodos consigo mismos.
Sin embargo, el informe publicado por la prestigiosa universidad señala que la frecuencia con la que debemos bañarnos varía de una persona a otra, y la clave está en encontrar un equilibrio adecuado.
El informe sugiere que las personas con una piel sana y normal tienen una capa de grasa y una población equilibrada de bacterias beneficiosas en su piel. El lavado frecuente, especialmente con agua caliente, puede eliminar estas bacterias y poner en riesgo la salud de la piel en varios aspectos.
MÁS NOTICIAS: Niño que era regañado por sus maestros por dibujar garabatos consigue importante contrato
Por un lado, puede causar irritación en la piel y provocar picazón. Además, el uso de agua caliente durante las duchas puede dañar la piel.
El empleo de jabones antibacterianos también puede matar a las bacterias esenciales para la piel, y la sequedad y agrietamiento resultantes pueden propiciar infecciones cutáneas causadas por bacterias y alérgenos.
El estudio subraya la importancia de la exposición ocasional a la suciedad y otros factores ambientales, ya que esto contribuye a la creación de anticuerpos protectores y a la formación de una memoria inmunológica robusta.
Asimismo, el informe destaca que las duchas o baños frecuentes a lo largo de la vida pueden disminuir la capacidad del sistema inmunológico para desempeñar su función correctamente.
La frecuencia con la que una persona debe bañarse dependerá en gran medida de sus actividades diarias, concluye el estudio, como lo informó el medio colombiano El Tiempo.
