En horas de la noche del viernes 19 de agosto, la ex primera dama de Honduras, Rosa Elena Bonilla, fue trasladada desde la Penitenciaría Nacional de Adaptación Femenina (PNFAS) en Támara a una clínica privada de Tegucigalpa, debido a una crisis nerviosa.
De acuerdo con información brindada por Pedro Joaquín Amador, Asistente Presidencial de Atención a Presos Políticos y Sectores Sociales, Bonilla sufrió el ataque de ansiedad debido a un conato de amotinamiento en la cárcel de mujeres.
"Ella cayó en un colapso muy nervioso, estaba muy nerviosa, yo no sabía cómo consolarla. Nos dijo que había un posible amotinamiento. Yo le hablé a la directora y ella me dijo que posiblemente se trataba de eso", dijo Amador a Hoy Mismo.
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Relató que una vez que recibió la llamada sobre el posible amotinamiento se trasladó a la cárcel de mujeres en Támara e inmediatamente avisó a las autoridades para que investigarán el caso.
"Ella (Bonilla) se desmayó cuando la íbamos a dejar a su recinto, la andábamos acompañando, cayó de un solo y la agarré en el aire, llegó la doctora...", narró.
Amador también afirmó que Bonilla se encuentra "psicológicamente mal", esto debido a la muerte de su hijo Said Lobo, quien fue asesinado el 14 de julio junto a tres jóvenes en el estacionamiento de un edificio comercial en el bulevar Morazán de Tegucigalpa.
Hasta esta hora del sábado, la ex primera dama de Honduras se encuentra ingresada en un centro asistencial de la capital.
El 26 de julio, Bonilla de Lobo fue sometida a una evaluación médica en el departamento médico legal del Ministerio Público (MP). De los resultados de la evaluación médica dependería que se le modificaran las medidas, ya que el 22 de julio un Tribunal de Sentencia rechazó el cambio de medida de prisión a arresto domiciliario a la ex primera dama.
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